lunes, octubre 31, 2011

NUESTRA SEÑORA DE LOS RAYOS



Ante la proximidad del mes de María y para amar cada vez mas a Nuestra Madre Inmaculada, queremos invitar a conocer esta hermosa y poderosa devoción de Nuestra Señora de los Rayos, también conocida como Nuesta Señora de las gracias o mas conocida aún como Virgen de la medalla milagrosa.

Las apariciones
El 1830 es un año clave: tiene lugar en París la primera aparición moderna de la Virgen Santísima. Comienza lo que Pío XII llamó la "era de María", una etapa de repetidas visitaciones celestiales. Entre otras: La Salette, Lourdes, Fátima ... Y como en su visita a Santa Isabel, siempre viene para traernos gracia, para acercarnos a Jesús, el fruto bendito de su vientre. También para recordarnos el camino de salvación y advertirnos las consecuencias de optar por otros caminos.



Sta. Catalina Labouré
Catalina nació el 2 de mayo de 1806, en Fain-les-Moutiers, Borgoña ( Francia ). Entró a la vida religiosa con la Hijas de la Caridad el 22 de enero de 1830 y después de tres meses de postulantado, 21 de abril, fue trasladada al noviciado de París, en la Rue du Bac, 140.


El Corazón de San Vicente
La novicia estaba presente cuando trasladaron los restos de su fundador, San Vicente de Paul, a la nueva iglesia de los Padres Paules a solo unas cuadras de su noviciado. El brazo derecho del santo fue a la capilla del noviciado. En esta capilla, durante la novena, Catalina vio el corazón de San Vicente en varios colores. De color blanco, significando la unión que debía existir entres las congregaciones fundadas por San Vicente. De color rojo, significando el fervor y la propagación que habían de tener dichas congregaciones. De color rojo oscuro, significando la tristeza por el sufrimiento que ella padecería. Oyó interiormente una voz: " el corazón de San Vicente está profundamente afligido por los males que van a venir sobre Francia ". La misma voz añadió un poco mas tarde: " El corazón de San Vicente está mas consolado por haber obtenido de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen María, el que ninguna de las dos congregaciones perezca en medio de estas desgracias, sino que Dios hará uso de ellas para reanimar la fe ".
Visiones del Señor en la Eucaristía
Durante los 9 meses de su noviciado en la Rue du Bac, sor Catalina tuvo también la gracia especial de ver todos los días al Señor en el Santísimo Sacramento.
El domingo de la Santísima Trinidad, 6 de junio de 1830, el Señor se mostró durante el evangelio de la misa como un Rey, con una cruz en el pecho. De pronto, los ornamentos reales de Jesús cayeron por tierra, lo mismo que la cruz, como unos despojos desperdiciables. "Inmediatamente - escribió sor Catalina - tuve las ideas mas negras y terribles: que el Rey de la tierra estaba perdido y sería despojado de sus vestiduras reales. Sí, se acercaban cosa malas ".
Catalina sueña con ver a la Virgen
El domingo 18 de Julio 1930, víspera de la fiesta de San Vicente de Paúl, La maestra de novicias les había hablado sobre la devoción a los santos, y en particular a la Reina de todos ellos, María Santísima. Sus palabras, impregnadas de fe y de una ardiente piedad, avivaron en el corazón de Sor Laboure el deseo de ver y de contemplar el rostro de la Santísima Virgen. Como era víspera de San Vicente, les habían distribuido a cada una un pedacito de lienzo de un roquete del santo. Catalina se lo tragó y se durmió pensando que S. Vicente, junto con su ángel de la guarda, le obtendrían esa misma noche la gracia de ver a la Virgen como era su deseo. Precisamente, los anteriores favores recibidos en las diversas apariciones de San Vicente a Sor Catalina alimentaban en su corazón una confianza sin limites hacia su bienaventurado padre, y su candor y viva esperanza no la engañaron. "La confianza consigue todo cuanto espera" (San Juan de la Cruz).


El Angel la despierta
Todo era silencio en la sala donde dormía Sor Catalina y cerca de las 11:30 PM oyó que por tres veces la llamaban por su nombre. Se despertó y apartando un poco las cortinas de su cama miro del lado que venia la voz y vio entonces un niño vestido de blanco, que parecía tener como cuatro o cinco años, y el cual le dijo: "Levántate pronto y ven a la capilla; la Santísima Virgen te espera".
Sor Catalina vacila; teme ser notada de las otras novicias; pero el niño responde a su preocupación interior y le dice: "No temas; son las 11;30 p.m.; todas duermen muy bien. Ven yo te aguardo".
Ella no se detiene ya ni un momento; se viste con presteza y se pone a disposición de su misterioso guía, "que permanecía en pie sin separarse de la columna de su lecho."
Vestida Sor Catalina, el niño comienza a andar, y ella lo sigue marchando a "su lado izquierdo". Por donde quiera que pasaban las luces se encendían. El cuerpo del niño irradiaba vivos resplandores y a su paso todo quedaba iluminado.
Al llegar a la puerta de la capilla la encuentra cerrada; pero el niño toca la puerta con su dedito y aquella se abrió al instante.
Dice Catalina: "Mi sorpresa fue mas completa cuando, al entrar a la capilla, vi encendidas todas las velas y los cirios, lo que me recordaba la Misa de media noche". (todavía ella no ve a la Virgen)
El niño la llevó al presbiterio, junto al sillón destinado al P. Director, donde solía predicar a las Hijas de la Caridad, y allí se puso de rodillas, y el niño permaneció de pie todo el tiempo al lado derecho.
La espera le pareció muy larga, ya que con ansia deseaba ver a la Virgen. Miraba ella con cierta inquietud hacia la tribuna derecha, por si las hermanas de vela, que solían detenerse para hacer un acto e adoración, la veían.
Por fin llego la hora deseada, y el niño le dijo: "Ved aquí a la Virgen, vedla aquí"
Sor Catalina oyó como un rumor, como el roce de un traje de seda, que partía del lado de la tribuna, junto al cuadro de San José. Vio que una señora de extremada belleza, atravesaba majestuosamente el presbiterio, "fue a sentarse en un sillón sobre las gradas del altar mayor, al lado del Evangelio".
Sor Catalina en el fondo de su corazón dudaba si verdaderamente estaba o no en presencia de la Reina de los Cielos, pero el niño le dijo: "Mira a la Virgen".
Le era casi imposible describir lo que experimentaba en aquel instante, lo que paso dentro de ella, y le parecía que no veía a la Santísima Virgen.
Entonces el niño le habló, no como niño, sino como el hombre mas enérgico y palabras muy fuertes: -"¿Por ventura no puede la Reina de los Cielos aparecerse a una pobre criatura mortal en la forma que mas le agrade?" "
Entonces, mirando a la Virgen, me puse en un instante a su lado, me arrodille en el presbiterio, con las manos apoyadas en las rodillas de la Santísima Virgen. "Allí pasé los momentos más dulces de mi vida; me sería imposible decir lo que sentí".
Ella me dijo cómo debía portarme con mi director, la manera de comportarme en las penas y acudir (mostrándome con la mano izquierda) a arrojarme al pie del altar y desahogar allí mi corazón, pues allí recibiría todos los consuelos de que tuviera necesidad. Entonces le pregunté que significaban las cosa que yo había visto, y ella me lo explicó todo ".
Instrucciones de la Santísima Virgen
Fueron muchas las confidencias que Sor Catalina recibió de los labios de María Santísima, pero jamas podremos conocerlas todas, porque respecto a algunas de ellas, le fue impuesto el mas absoluto secreto.
La Virgen le dio algunos consejos para su particular provecho espiritual: (La Virgen es Madre y Maestra)
1- Como debía comportarse con su director (humildad profunda y obediencia). Esto a pesar de que su confesor, el padre Juan María Aladel, no creyó sus visiones y le dijo que las olvidara.
2- La manera de comportarse en las penas, (paciencia, mansedumbre, gozo)
3- Acudir siempre (mostrándole con la mano izquierda) a arrojarse al pie del altar y desahogar su corazón, pues allí recibiría todos los consuelos de que tuviese necesidad. (corazón indiviso, no consuelos humanos)
La Virgen también le explicó el significado de todas las apariciones y revelaciones que había tenido de San. Vicente y del Señor.
Luego continuó diciéndole:
Dios quiere confiarte una misión; te costara trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la gloria de Dios. Tu conocerás cuan bueno es Dios. Tendrás que sufrir hasta que los digas a tu director. No te faltaran contradicciones; mas te asistirá la gracia; no temas. Háblale a tu director con confianza y sencillez; ten confianza no temas. Veras ciertas cosas; díselas. Recibirás inspiraciones en la oración.
Los tiempos son muy calamitosos. Han de llover desgracias sobre Francia. El trono será derribado. El mundo entero se verá afligido por calamidades de todas clases (al decir esto la Virgen estaba muy triste). Venid a los pies de este altar, donde se prodigaran gracias a todos los que las pidan con fervor; a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres.
Deseo derramar gracias sobre tu comunidad; lo deseo ardientemente. Me causa dolor el que haya grandes abusos en la observancia, el que no se cumplan las reglas, el que haya tanta relajación en ambas comunidades a pesar de que hay almas grandes en ellas. Díselo al que esta encargado de ti, aunque no sea el superior. Pronto será puesto al frente de la comunidad. El deberá hacer cuanto pueda para restablecer el vigor de la regla. Cuando esto suceda otra comunidad se unirá a las de ustedes.
Vendrá un momento en que el peligro será grande; se creerá todo perdido; entonces yo estaré contigo, ten confianza. Reconocerás mi visita y la protección de Dios y de San Vicente sobre las dos comunidades..
Mas no será lo mismo en otras comunidades, en ellas habrá víctimas..(lagrimas en los ojos). El clero de París tendrá muchas víctimas..Morirá el señor Arzobispo.
Hija mía, será despreciada la cruz, y el Corazón de mi Hijo será otra vez traspasado; correrá la sangra por las calles ( la Virgen no podía hablar del dolor, las palabras se anudaban en su garganta; semblante pálido). El mundo entero se entristecerá . Ella piensa: ¿cuando ocurrirá esto? y una voz interior asegura: cuarenta años y diez y después la paz.
La Virgen, después de estar con ella unas dos horas, desaparece de la vista de Sor Catalina como una sombra que se desvanece.
En esta aparición la Virgen:
· Le comunica una misión que Dios le quiere confiar.
· La prepara con sabios consejos para que hable con sumisión y confianza a su director.
· Le anuncia futuros eventos para afianzar la fe de aquellos que pudieran dudar de la aparición.
· Le Regala una relación familiar de madre-hija: la ve, se acerca a ella, hablan con familiaridad y sencillez, la toca y la Virgen no solo consiente, sino que se sienta para que Catalina pueda aproximarse hasta el extremo de apoyar sus brazos y manos en las rodillas de la Reina del Cielo.
Todas las profecías se cumplieron:
1-la misión de Dios pronto le fue indicada con la revelación de la medalla milagrosa.
2-una semana después de esta aparición estallaba la revolución. Los revoltosos ocupaban las calles de París, saqueos, asesinatos, y finalmente era destronado Carlos X, sustituido por el "rey ciudadano" Luis Felipe I, gran maestro de la masonería.
3-El P. Aladel (director) es nombrado en 1846 Director de las Hijas de la Caridad, establece la observancia de la regla y hacia la década del 60 otra comunidad femenina se une a las Hijas de la Caridad.
4-En 1870 (a los 40 años) llegó el momento del gran peligro, con los horrores de la Comuna y el fusilamiento del Arzobispo Mons. Darboy y otros muchos sacerdotes.
5- solo queda por cumplir la ultima parte.
Aparición del 27 de noviembre del 1830
La tarde el 27 de Nov. de 1830, sábado víspera del primer domingo de Adviento, en la capilla, estaba Sor Catalina haciendo su meditación, cuando le pareció oír el roce de un traje de seda que le hace recordar la aparición anterior.
Aparece la Virgen Santísima, vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría su cabeza un velo blanco que sin ocultar su figura caía por ambos lados hasta los pies. Cuando quiso describir su rostro solo acertó a decir que era la Virgen María en su mayor belleza.
Sus pies posaban sobre un globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos elevadas a la altura del corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una crucecita.
La Stma. Virgen mantenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y a veces a la tierra. De pronto sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones, circundándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla.
Tenia tres anillos en cada dedo; el mas grueso junto a la mano; uno de tamaño mediano en el medio, y no mas pequeño, en la extremidad. De las piedras preciosas de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo; llenaban toda la parte baja.
Mientras Sor Catalina contemplaba a la Virgen, ella la miró y dijo a su corazón:
Este globo que ves (a los pies de la Virgen) representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden.
Con estas palabras La Virgen se da a conocer como la mediadora de las gracias que nos vienen de Jesucristo.
El globo de oro (la riqueza de gracias) se desvaneció de entre las manos de la Virgen. Sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz seguían cayendo sobre el globo blanco de sus pies.


La Medalla Milagrosa:
En este momento se apareció una forma ovalada en torno a la Virgen y en el borde interior apareció escrita la siguiente invocación: "María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti"
Estas palabras formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, terminando a la altura de la mano izquierda .
Oyó de nuevo la voz en su interior: "Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán mas abundantes para los que la lleven con confianza".
La aparición, entonces, dio media vuelta y quedo formado en el mismo lugar el reverso de la medalla.
En el aparecía una M, sobre la cual había una cruz descansando sobre una barra, la cual atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los corazones de Jesús y de María, de los cuales el primero estaba circundado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. En torno había doce estrellas.
La misma aparición se repitió, con las mismas circunstancias, hacia el fin de diciembre de 1830 y a principios de enero de 1831. La Virgen dijo a Catalina: "En adelante, ya no veras , hija mía; pero oirás mi voz en la oración".
Un día que Sor Catalina estaba inquieta por no saber que inscripción poner en el reverso de la medalla, durante la oración, la Virgen le dijo: "La M y los dos corazones son bastante elocuentes".


Símbolos de la Medalla y mensaje espiritual:
En el Anverso:
-María aplastando la cabeza de la serpiente que esta sobre el mundo. Ella, la Inmaculada, tiene todo poder en virtud de su gracia para triunfar sobre Satanás.
-El color de su vestuario y las doce estrellas sobre su cabeza: la mujer del Apocalipsis, vestida del sol.
-Sus manos extendidas, transmitiendo rayos de gracia, señal de su misión de madre y mediadora de las gracias que derrama sobre el mundo y a quienes pidan.
-Jaculatoria: dogma de la Inmaculada Concepción (antes de la definición dogmática de 1854). Misión de intercesión, confiar y recurrir a la Madre.
-El globo bajo sus pies: Reina del cielos y tierra.
-El globo en sus manos: el mundo ofrecido a Jesús por sus manos.


En el reverso:
-La cruz: el misterio de redención- precio que pagó Cristo. obediencia, sacrificio, entrega
-La M: símbolo de María y de su maternidad espiritual.
-La barra: es una letra del alfabeto griego, "yota" o I, que es monograma del nombre, Jesús.
Agrupados ellos: La Madre de Jesucristo Crucificado, el Salvador.
-Las doce estrellas: signo de la Iglesia que Cristo funda sobre los apóstoles y que nace en el Calvario de su corazón traspasado.
-Los dos corazones: la corredención. Unidad indisoluble. Futura devoción a los dos y su reinado.
Nombre:
La Medalla se llamaba originalmente: "de la Inmaculada Concepción", pero al expandirse la devoción y haber tantos milagros concedidos a través de ella, se le llamó popularmente "La Medalla Milagrosa".




Conversión de Ratisbone:
Alfonso Ratisbone era abogado y banquero, judío, de 27 años. Tenía gran odio hacia los católicos porque su hermano Teodoro se había convertido y ordenado sacerdote, tenía como insignia la medalla milagrosa y luchaba por la conversión de los judíos.
Alfonso pensaba casarse poco después con una hija de su hermano mayor, Flora, diez años menor que el, cuando en enero de 1842, haciendo un viaje de turismo a Nápoles y Malta, por una equivocación de trenes llego a Roma. Aquí se creyó en la obligación de visitar a un amigo de la familia, el barón Teodoro de Bussiere, protestante convertido al catolicismo.
El barón le recibió con toda cordialidad y se ofreció a enseñarle Roma. En una reunión donde Ratisbone hablaba horrores de los católicos, este barón lo escuchó con mucha paciencia y al final le dijo: "Ya que usted está tan seguro de si, prométame llevar consigo lo que le voy a dar- ¿Que cosa?. Esta medalla. Alfonso la rechazó indignado y el barón replicó: "Según sus ideas, el aceptarla le debía dejar a usted indiferente. En cambio a mi me causaría satisfacción." Se echó a reír y se la puso comentando que él no era terco y que era un episodio divertido. El barón se la puso al cuello y le hizo rezar el Memorare.
El barón pidió oraciones a varias personas entre ellas al conde La Ferronays quien le dijo: "si le ha puesto la medalla milagrosa y le ha hecho rezar el Memorare, seguro que se convierte." El conde murió de repente dos días después. Se supo que durante esos dos días había ido a la basílica de Sta. María la Mayor a rezar cien Memorares por la conversión de Ratisbone.
Por la Plaza España se encuentra el barón con Ratisbone en su último día en Roma y este le invita a pasear. Pero antes tenía que pasar por la Iglesia de San Andrés a arreglar lo del funeral del conde. Ratisbone le acompaña a la Iglesia. He aquí su testimonio de lo que entonces sucedió: "a los pocos momentos de encontrarme en la Iglesia, me sentí dominado por una turbación inexplicable. Levanté los ojos y me pareció que todo el edificio desaparecía de mi vista. Una de las capillas (la de San Miguel) había concentrado toda la luz, y en medio de aquel esplendor apareció sobre el altar, radiante y llena de majestad y de dulzura, la Virgen Santísima tal y como esta grabada en la medalla. Una fuerza irresistible me impulsó hacia la capilla. Entonces la Virgen me hizo una seña con la mano como indicándome que me arrodillara... La Virgen no me habló pero lo he comprendido todo."
Santa Catalina Laboure descansa en Rue du Vac,Paris su cuerpo incorrupto
El barón lo encuentra de rodillas, llorando y rezando con las manos juntas, besando la medalla. Poco tiempo mas tarde es bautizado en la Iglesia del Gesu en Roma. Por orden del Papa, se inicia un proceso canónico, y fue declarado "verdadero milagro".
Alfonso Ratisbone entró en la Compañía de Jesús. Ordenado sacerdote, fue destinado a París donde estuvo ayudando a su hermano Teodoro en los catecumenados para la conversión de los judíos.
Después de haber sido por 10 años Jesuita, con permiso sale de la orden y funda en 1848, las religiosas y las misiones de Ntra. Sra. de Sión. En solo los diez primeros años Ratisbone consiguió la conversión de 200 judíos y 32 protestantes. Trabajó lo indecible en Tierra Santa, logrando comprar el antiguo pretorio de Pilato, que convirtió en convento e Iglesia de las religiosas. También consiguió que estas religiosas fundasen un hospicio en Ain-Karim, donde murió santamente en 1884 a los 70 años.



Triduo en honor de la Virgen de la Medalla Milagrosa.


Por la señal de la Santa Cruz, etc.


ACTO DE CONTRICION.


Oración para todos los días:

¡Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!¡Dulcísima Reina de los cielos y de la tierra!; que por amor a los hombres te dignastes a manifestarte, a vuestra sierva Sor Catalina, con las manos llenas de rayos de luz; a fìn de hacer saber al mundo que deseas derramar abundantes gracias sobre todos los que con confianza te piden; Concédeme Madre mía, que a imitación de Sor Catalina derrames en mi alma la luz necesaria para conocer mi nada y mi miseria; y lo mucho que debo a mi Padre Dios, por tantísimos beneficios, como me ha dispensado; y que cumpliendo su voluntad en esta vida; pueda gozarle en Tu compañía eternamente en el cielo. Amén.

3 Ave Marías, y 3 veces la jaculatoria “Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos”.

Primer Día:

¡Amorosísima Madre mía!, que placer tiene mi alma, cuando considero que tantos deseos tienes en concederme vuestros favores; que no esperas otra cosa, sino que acuda a Tì, para remediar nuestros males y llenarnos de vuestras gracias y dones.Oh María, mi Madre amada, reina de la Corte Celestial, te ruego que todos acudamos siempre a Tì, como nuestra única esperanza.


Oración Final:

Acuérdate, ¡Oh piadosísima Siempre Virgen María!, que no se ha oído decir jamás; que ninguno de los que han recurrido a vuestra protección, e implorado vuestro socorro, haya sido abandonado de Tì. Animado con esta confianza, ¡Oh Virgen de las Vírgenes!, a Tì vengo; gimiendo bajo el peso de mis pecados, me postro a Tus pies.¡Oh Madre del Divino Verbo!, no desprecies mis súplicas; antes bien, escúchalas favorablemente, y dignate acogerlas. Amén.Tres veces la jaculatoria: “Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos”.


Segundo Día:

¡Santísima Madre de Dios!, ¡Señora nuestra y mi tierna Madre!; que consuelo tan grande siente mi corazón, cuando contempla Tu imagen, como te viò Sor Catalina, con un globo en vuestras Divinas Manos, que representaba toda la tierra, y lo estrechabas sobre vuestro pecho; simbolizando así el amor que tienes a los hombres. Concèdeme, ¡oh Divina Madre Eterna! ¡Oh Madre mía!, el que sepamos corresponder a tanto amor, procurando imitar vuestras virtudes. Así sea.


Continúe con la oración final.


Tercer Día:

¡Virgen Inmaculada!. ¡Celestial Madre mía! Con que placer llego ante Tu Santísimo Altar; para contemplar Tus virtudes y exponer mis penas. Que aliento santo cobra mi espíritu, al acercarme ante Tu Sagrada Imagen; donde veo representada la más profunda humildad; una modestia admirable y el resto de todas las perfecciones con que el Señor Dios te adornó.Haz ¡Madre Santísima!, ¡Divina y Celestial Señora! ¡Reina del Clero, de los apóstoles! ¡Madre del Mecías! ¡Hija predilecta de Dios Padre! Que oigamos siempre Tus maternales avisos, para que arrepentidos de nuestras culpas, e imitando vuestras virtudes; logremos la inmensa dicha de estar contigo en el cielo, por toda la eternidad. Así sea.


Continúe con la oración final.

HALLOWEEN, un regreso al paganismo



Recorriendo las calles de mi ciudad, Viña del Mar, pude constatar como esta fiesta pagana importada ha penetrado los hogares de muchas familias, incluso cristianas, que no ven nada de malo en ella pues dicen es una fiesta de niños. Pero lo cierto es que no solo niños se ven disfrazados sino muchísimas madres y también padres.
Pero veamos que hay detrás de esta "inocente" fiesta de niños.

¿QUÉ ES HALLOWEEN?
Significa All hallow´s eve, del inglés antiguo all hallows eve, o víspera santa, pues se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de todos los Santos. La fantasía anglosajona, sin embrago, le ha robado su sentido religioso para celebrar en su lugar la fiesta del terror, de las brujas y los fantasmas. Es un regreso al antiguo paganismo que ha llegado también a nuestro país.
Es preocupante que muchos cristianos se hayan olvidado del testimonio de los santos y se sientan mas atraídos a festejar con brujas y fantasmas.

RAICES PAGANAS DEL HALLOWEEN
Ya desde el siglo VI antes de Cristo los celtas del norte de Europa celebraban el fin del año con las fiesta de Samhein (o Samon), fiesta del sol que comenzaba la noche del 31 de octubre que marcaba el fin del verano y de las cosechas. Creían que aquella noche el dios de la muerte permitía a los muertos volver a la tierra fomentando un ambiente de muerte y de terror. Ese día se invocaba el nombre de este dios para consultarle sobre el futuro, la salud, prosperidad, muerte, suerte, decisiones románticas, etc. En el libro del Deuteronomio (Capítulo 18, versículos 10 al 12) Dios condena la práctica de estas costumbres paganas.
La separación entre los vivos y los muertos se disolvía aquella noche, haciendo posible la comunicación entre unos y otros. Según la religión celta , las almas de algunos difuntos estaban atrapadas dentro de animales feroces y podían ser liberadas ofreciéndole a los dioses sacrificios de toda índole, incluso sacrificios humanos. De hecho, en la actualidad, en una isla de Centroamérica viven 200 mujeres de raza negra con el solo propósito de engendrar hijos para ser sacrificados a satanás la noche del 31 de octubre, es decir, en la fiesta de halloween.
Aquellos desafortunados también creían que esa noche los espíritus malignos, fantasmas y otros monstruos salían libremente para aterrorizar a los hombres. Para aplacarlos se hacían grandes hogueras y para evitar el acoso de estos macabros personajes se le preparaban alimentos, montando macabras escenografías y disfrazándose para tratar de asemejarse a ellos y así pasar desapercibidos a sus miradas amenazantes.

MEZCLA CON EL CRISTIANISMO
Cuando los celtas se cristianizaron no todos renunciaron a las costumbres paganas, es decir, la conversión no fue completa. Así mismo la coincidencia de fecha entre la fiesta pagana y la fiesta cristiana de todos los santos (instituida por el Papa Gregorio IV en el año 834) y la de los difuntos hizo que algunos las mezclaran.
Finalmente algunos inmigrantes irlandeses introdujeron halloween en los Estados Unidos, donde se le añadieron otros elementos paganos provenientes de otras culturas como: la creencia en brujas, fantasmas, duendes, drácula y monstruos de toda especie. Desde allí se ha propagado por el mundo.

LA CALABAZA
Según una antigua leyenda irlandesa un hombre llamado Jack había sido muy malo y no podía entrar al cielo. Tampoco podía ir al infierno porque le había jugado muchos trucos al diablo, por lo que tuvo que permanecer en la tierra vagando por los caminos con una linterna a cuesta. Esta linterna primitiva se hacía vaciando un vegetal y poniendo en su interior un carbón encendido, por cual a Jack se le conocía como “jack de la linterna”. Entonces para ahuyentar a Jack la gente supersticiosa colocaba una linterna similar en las ventanas o frente a la casa. Fue en Estados Unidos donde se comenzó a utilizar la calabaza en vez del vegetal, llegando a formar parte de la tradición de halloween.

TESTIMONIO SOBRE HALLOWEEN DE CONVERSAS AL CRISTIANISMO
Tras convertirse al catolicismo luego de practicar durante varios años el satanismo y el esoterismo, Cristina Kneer de Vidal, ex astróloga, residente en México, explicó que la fiesta de halloween es la mas importante celebración para los cultos satánicos, ya que, además de celebrarse el inicio del año satánico se conmemora algo así como el “cumpleaños del diablo”. Ella sostiene que ningún católico debería celebrar la noche de halloween, por que entre otras cosas, es la fecha en que numerosos grupos satánicos sacrifican jóvenes y niños. Para dichos ritos satánicos se eligen preferentemente niños por cuanto son los que aún no han pecado y por que son los preferidos de Dios.
Doreen Irving, quien fue la mas grande de las brujas en el oeste europeo, concubina del alto ministro de satán en esa misma área , se convirtió al cristianismo y decía que si los padres tuvieran alguna idea de lo que realmente es Halloween, ni siquiera mencionarían esa palabra frente a sus hijos. En los Estados Unidos y otros países del mundo es el día en que mas niños desaparecen, también se han reportado numerosos crímenes perpetrados por personas sin escrúpulos.
Por otra parte Anton Szandor Lavey, fundador de la Iglesia de satanás y autor de la bíblia satánica afirmó en una oportunidad que la fiesta de halloween era muy importante para el satanismo mundial por cuanto en esa noche las fuerzas del infierno se liberan.

ALTERNATIVAS AL HALLOWEEN
Los cristianos debemos desenmascarar al mal y ser verdadera luz en las tinieblas. La Iglesia nos propone celebrar en esa noche la víspera de la fiesta de todos los santos en torno a algún santo favorito y disfrazar a los niños con disfraces positivos: Angelitos, payasos, animalitos, etc.

QUE DICE LA PALABRA DE DIOS EN EL LIBRO DEL DEUTERONOMIO (Deut. 18, 9-14)
"Cuando entre en la tierra que el Señor, tu Dios, te dará, no aprendas a practicar las abominaciones que cometen esas naciones. Que no haya entre ustedes nadie que inmole en el fuego a su hijo o a su hija, ni practique la adivinación, la astrología, la magia o la hechicería. Tampoco habrá ningún encantador, ni consultor de espectros o de espíritus, ni evocador de muertos. Porque todo el que practica estas cosas es abominable al Señor, tu Dios, y por causa de estas abominaciones, él desposeerá a esos pueblos delante de ti.
Tú serás irreprochable en tu trato con el Señor, tu Dios. Porque las naciones que vas a desposeer escuchan a los astrólogos y adivinos, pero a ti el Señor no te permite semejante cosa".

CONCLUSIÓN
Estamos en un tiempo en que las practicas paganas y el ocultismo ejercen una extraña fascinación en la gente: brujería, superstición, adivinación, superchería, atraen a muchos. Cualquiera que celebre halloween, con o sin conocimiento, se está uniendo a celebrar con satanás.

lunes, agosto 08, 2011

DESIGNIOS DE DIOS PARA EL FUTURO DEL MUNDO: El tiempo de María



* Artículo extraido del libro "La Victoriosa Reina del Mundo".


Sor María Natalia Magdolna, de Hungría, gran mística de siglo XX, tuvo la siguiente visión acerca del destino de la humanidad inmersa en el pecado. Vi a la Santísima Trinidad hablar sobre el destino de la humanidad ahora inmersa en el pecado. Los ángeles, los santos y todo el cielo postrados al mismo tiempo, la adoraban en silencio. El Padre celestial dijo:
–El mundo inmerso en el pecado tiene que ser destruido de acuerdo con mi justicia.
Luego vi a Jesús, el Amor Misericordioso, cerca del Padre, suplicando; se postró ante el Padre, y aunque unido a Él, Él era sin embargo una persona distinta; dijo:
– ¡Padre mío, soy tu Hijo. Me ordenaste morir por este mundo!
Luego Él mostró sus heridas que ardían como fuego. La mano del Padre celestial –que ahora no parecía una mano paternal, sino una mano pesada, justa y castigadora- cargaba su peso sobre el mundo. Luego Jesús puso su mano herida debajo de la de su Padre y pidió:
–Por favor, ¡ten misericordia por algún tiempo!
Pero la mano del Padre celestial empujó hacia abajo la mano de Jesús y dijo:
–No, Hijo mío, el pecado está clamando justicia.
Esta fue una visión terrible, porque parecía que la justicia prevalecería sobre el Amor Misericordioso. Entonces Jesús miró a su Madre que estaba a su lado y exclamó:
–Madre Inmaculada, ven, ayúdame a sostener la mano de mi Padre celestial.
En el momento en que la Santísima Virgen puso su mano debajo de la de Jesús, el Padre celestial levantó la suya y dijo:
– ¡Hijo mío!, la misericordia ha prevalecido. El mundo pecador ha alcanzado misericordia debido a las súplicas de la Madre Inmaculada de Dios. Encomendaremos a Ella la tarea de salvar al mundo. Para salvar al mundo, Ella necesita poder. Por lo tanto dotamos a la Inmaculada Madre de Dios con los poderes de Reina. Su título será: “La Victoriosa Reina del Mundo”. El género humano que está condenado a morir a causa de sus pecados, recibirá gracia y salvación a través de Ella. Pondremos bajo su manto una multitud de ángeles.
Tan pronto como el Padre celestial pronunció estas palabras, los ejércitos celestiales dieron gritos de alegría, alabando a María. Cuando apareció la Virgen Madre, estaba adornada con sus tres grandes virtudes: pureza inmaculada, amor ardiente y profunda humildad. Viéndola –aunque Él mismo se las había dado- ¡hasta Dios estaba admirado!
Su Corazón estaba lleno de felicidad por aquellas palabras: “la humildad será exaltada”, que como desconocida Niña de Nazareth pronunció en el Magnificat y que se habían realizado en Ella. La Santísima Trinidad la coronó. La brillante corona tenía tres piezas, significando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Cuando el manto real fue traído, vi que su prendedor estaba reluciente. Esto también significaba su parentesco con la Santísima Trinidad, como hija del Padre, madre del Hijo y esposa del Espíritu Santo.
Dios en tres personas actuó en la Madre Inmaculada, como si el Espíritu Santo la hubiera cubierto de nuevo con su sombra, para que Ella pudiera dar otra vez Jesús al mundo. El Padre celestial la llenó de gracias. De parte del Hijo, indecible felicidad y amor irradiaban hacia Ella, como si Él quisiera felicitarla, mientras decía:
– ¡Mi Inmaculada Madre, Victoriosa Reina del Mundo, muestra tu poder! Ahora serás la salvadora de la humanidad. Así como fuiste parte de mi obra salvadora como Corredentora, de acuerdo con mi voluntad, así quiero compartir contigo mi poder como Rey. Con esto te confío la obra salvadora de la humanidad pecadora; Tú puedes hacerlo con tu poder como Reina. Es necesario que Yo comparta todo contigo. Tú eres la Corredentora de la humanidad.
Entonces vi que su manto estaba impregnado con la sangre de Jesús, y esto le daba un color escarlata. Mi atención luego fue a los ángeles, quienes rodeaban a su Reina con gran reverencia. Los ángeles vestían de blanco, rojo y negro. Entendí que el blanco simbolizaba la futura pureza del mundo, el rojo el martirio de los santos y el negro el luto por el destino de las almas condenadas.
Entonces la Virgen María empezó a caminar suavemente y con majestuosidad hacia el mundo. Vi al mundo como una esfera gigante cubierta con una corona de espinas y que estaba llena de pecado, y a Satanás, en forma de serpiente enrollada alrededor y salían de él toda clase de pecados y suciedad. La Virgen Madre se levantaba erguida sobre el globo como la Victoriosa Reina del Mundo. Su primer acto como Reina fue cubrir al mundo con su manto, impregnado con la sangre de Jesús. Entonces Ella bendijo al mundo y vi que al mismo tiempo la Santísima Trinidad también bendecía al mundo.
La serpiente satánica entonces la atacó con terrible odio; de su boca salían llamas. Temí que su manto fuera alcanzado por el fuego y ardiera, pero las llamas no podían ni siquiera tocarlo. La Virgen María estaba tranquila como si no estuviera en una contienda, y serenamente pisó el cuello de la serpiente. La serpiente no cesaba de arrojar llamas, símbolo de odio y venganza, pero no podía hacer nada, mientras la corona de espinas, hecha de pecados, había desaparecido de alrededor del mundo, y desde su centro una azucena brotó y empezó a abrirse.
Vi también que la bendición de la Virgen Madre había caído en todas las naciones y personas. Su voz era indescriptiblemente apacible y majestuosa cuando dijo:
– ¡Aquí estoy! ¡Yo ayudaré! ¡Yo traeré orden y paz!
Jesús entonces me explicó:
–Mi Madre Inmaculada vencerá el pecado mediante su poder de Reina. La azucena representa la purificación del mundo, la llegada de la era del paraíso, cuando la humanidad vivirá como sin pecado. Habrá un mundo nuevo y una era nueva. Será la era en que la humanidad recobrará lo que perdió en el paraíso. Cuando mi Madre Inmaculada pise el cuello de la serpiente, las puertas del infierno se cerrarán. Los ejércitos de los ángeles tomarán parte en la lucha. Yo he sellado a los míos con mi sello para que ellos no se pierdan en esta batalla.

miércoles, agosto 03, 2011

La Victoriosa Reina del Mundo



Este es otro relato de Sor María Natalia Magdolna en que el Señor le pide propagar la devoción a su Inmaculada Madre como "La Victoriosa Reina del Mundo".

Nos cuenta ella: Fue en la festividad de Cristo rey de 1939 cuando tuve la visión del Salvador como mi real esposo. Su figura era majestuosa y su rostro muy hermoso. Todo irradiaba amor. El manto real colgaba de sus hombros y una corona de tres piezas brillaba en su cabeza.
Cuando estoy frente a un hombre ilustre, mi corazón late con fuerza, pero en ese momento no. Sentí que Él me atraía a su divino Corazón con su ardiente amor. Esto sucedió con tal fuerza que corrí hacia Él y me postré a sus pies. Él se inclinó y me levantó, cubriéndome con una punta de su real manto.
–Mi Salvador y mi Rey –grité-. ¡Por favor, reina siempre en mí!
–Mi real trono está ya en tu corazón –me contestó-. En ti mi reino está completo. Pero donde reina mi amor, será levantada mi cruz.
Entendí que Jesús quería algún sacrificio de mí. Me volví hacia Él con alegría, dispuesta a obedecer, y le dije:
–Mi buen Jesús, quiero que reines en mí según tu voluntad; ¡estoy dispuesta a llevar la cruz por ti!
Él me miró complaciente y mientras yo descansaba en su pecho, pude ver cómo Él lanzó una mirada a todo el mundo. Comprendí que anhelaba algo.
– ¿Cuál puede ser el deseo de tu Corazón? –pregunté-. Él se inclinó hacia mí con indescriptible amor y me dijo:
–Si el mundo reconoce al Hijo como Rey, es justo, correcto y propio que la Madre del Hijo reciba el honor de Reina. Es por esto que Yo quiero que mi Madre Inmaculada sea reconocida por todo el mundo como la Victoriosa Reina del Mundo. ¡Este reconocimiento debe ser proclamado abierta y solemnemente!
Cuando el Salvador dijo “solemnemente” vi que de una brillante nube salió una maravillosa procesión. No puedo describirla en detalle, porque era una procesión celestial y el lenguaje humano no es apto para describir las cosas celestiales. Jesús, sin embargo, la miró con gozo. Vi entonces que los ángeles llevaban un trono celestial y sentada en el trono como una reina, a la Santísima Virgen. Llevaba un real manto y una triple corona. La corona tenía una referencia especial a la Santísima Trinidad, ya que la Virgen es al mismo tiempo hija, esposa y madre de Dios.
La Virgen María tenía el cetro de Reina en la mano derecha y una esfera en la izquierda. En la esfera estaba sentado el Niño Jesús, también en pompa real, pues sobre la cabeza de Jesús vi también una corona. En la mano izquierda del Niño había una pequeña cruz, que Él apretaba a su Corazón y en su mano derecha el real cetro. La procesión iba acompañada por una música maravillosa.
De repente, la visión de la procesión desapareció y vi otra vez a Jesús como Rey. A su derecha estaba su Madre como Reina del Mundo. Entendí que la procesión celestial era la precursora de esas otras muchas procesiones que vendrían a celebrar a María como Reina en todo el mundo: en pueblos y en aldeas, por los campos y las montañas, en los hogares y en los corazones, como la Victoriosa Reina del Mundo.
Durante esta visión, el Salvador me hizo saber que esta solemne fiesta sería celebrada durante el reinado del Papa Pío XII (esto ocurrió en 1954 durante el Año Mariano) Además Jesús me hizo saber que Él bendeciría está fiesta de una manera especial. Los sacerdotes escogidos para promover esta devoción sufrirían mucho y serían humillados. Pero Jesús prometió su ayuda a esos sacerdotes. “Estaré con ellos en sus sufrimientos –me dijo-, y mientras decía esto, puso su mano derecha en su Corazón y la levantó para bendecir: la gracia fluía como un río sobre las almas escogidas de esos sacerdotes.
Entonces vi cómo su mirada se posaba sobre mi padre confesor y entendí lo que le dijo: “Las bendiciones de mi Corazón, la llama de mi Amor y la fuerza de mi Voluntad estarán con mis sacerdotes fervientes; ellos serán la escalera por la que mi Madre Inmaculada subirá hasta el trono de su gloria como la Victoriosa Reina del Mundo”.

LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y LA VIRGEN MARÍA
Un sábado primero de mes el Señor me dio una nueva gracia. Me enseñó a un sacerdote que trabajó en la propagación de la devoción a la Victoriosa Reina del Mundo. El fervor de este hombre consagrado fue tan grato a Jesús que Él se unió a este sacerdote. Jesús dijo a los ángeles del cielo: “Vengan a ver lo que estoy dispuesto a hacer si un alma me lo pide”.
Entonces apareció la Santísima Virgen como Reina del Mundo. Se veía muy joven; en su cabeza brillaba una real corona y sus pies estaban cubiertos con nubes brillantes. La vi que bendecía al mundo. El mundo estaba ceñido con una corona de espinas en la cual había un lirio (uno de los títulos de María es: Lirio entre las espinas). A la derecha de la Santísima Virgen estaba Jesús y a la izquierda el Padre, y sobre ellos revoloteaba el Espíritu santo. Una luz maravillosa irradiaba de la Santísima Trinidad hacia la Santísima Virgen. María extendía sus brazos sobre la tierra como protegiéndola; el brazo izquierdo de Jesús y el brazo del Padre se extendían sobre las manos de María, como para comunicarle su poder. La Santísima Trinidad bendijo al mundo por las manos de María. En el momento de esta bendición, como irradiando de las manos de María apareció en letras grandes y brillantes la palabra PAX (paz).
Pero la palabra no llegó al mundo, sino voló sobre la mano derecha de Jesús y se quedó flotando allí. Por esto entendí que si bien es la Santísima virgen la que debe preparar la paz para el mundo, cuando Ella termine su misión, Ella lo entregará todo a Jesús. A su vez Jesús, dará la paz al mundo sólo cuando “llegue la hora”. Este es el secreto de los últimos tiempos, el secreto de la era más feliz que está por llegar.

EL CANTO DE LOS ANGELES
Mientras la Santísima Virgen daba su bendición al mundo, escuché el canto de los ángeles y los santos:

“¡Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, a través de la Santísima Virgen, la Victoriosa Reina del Mundo, ahora y por siempre. Amén, aleluya!”

Entendí que este canto es una oración maravillosamente poderosa, si el alma la entona incesante e interiormente con sinceridad y total abandono. Jesús me hizo saber también que Él derramará gracias especiales sobre las almas que trabajen sin descanso para promover la devoción a la Victoriosa Reina del Mundo.

martes, agosto 02, 2011

El Purgatorio



*Artículo extraído del libro "la Victoriosa Reina del Mundo"



Sor María Natalia Magdolna es llevada por Jesús al purgatorio para que contemplara el estado de sufrimiento de las almas y de esta manera poder aliviarlas con sus oraciones y sacrificios.





Así lo relata ella: Una noche Jesús me pidió que orara por las almas del purgatorio. Eran las cuatro y media y yo quería terminar de escribir mi diario, cuando Jesús me dijo:
–Hija mía, aunque respeto tu cansancio, quiero pedirte que no te vayas a dormir hasta que pongas por escrito el estado de sufrimiento de las almas del purgatorio. Yo quiero que mis hermanos sacerdotes se unan a la cruzada de oración en favor de las almas que sufren en el purgatorio. Ahora quiero aliviar a aquellas que durante su vida con frecuencia me pidieron a Mí y a mi Madre, en la oración, que tuviéramos piedad de ellas en el momento de su muerte y cuando estuvieran en el lugar del sufrimiento.

Jesús me llevó entonces a un lugar tan grande que yo no podía ver el final. Aunque el lugar estaba oscuro, las almas allí parecían estar calmadas. Había un sinnúmero de almas: llevaban ropa negra y estaban arrimadas unas a otras. Todas parecían inmóviles, sin palabras y muy tristes. Mi corazón casi se quebraba al verlas así. Supe que estas almas no recibían ayuda alguna de nadie en la tierra, ni oración, ni sacrificios. Sabían que la hora de su liberación no había llegado todavía pero confiaban en que no dilataría mucho.
Después de eso Jesús me llevó a otro lugar similar. Allí las almas tiritaban en sus túnicas negras. Pero cuando me vieron entrar con Jesús, todas empezaron a agitarse. Yo tenía mi rosario en la mano para rezar por ellas. Cuando vieron el rosario, todas empezaron a gritar: “¡Rece por mí, querida hermana, rece por mí!” y trataban de sobreponer su voz, gritando más fuerte, solicitando mis oraciones, como una nube de abejas. Aunque todas gritaban a un tiempo, yo podía distinguir la voz de cada una. Reconocí a muchas entre ellas, personas a las que conocí cuando estaban en la tierra. Vi a algunas religiosas de otras órdenes y también de la mía. Me espanté cuando una madre superiora se volteó hacia mí y me pidió humildemente que rezara por ella.
Después de esto, una religiosa, conocida mía, con sus manos juntas y tocando mi rosario, me suplicó: “¡Por mí, por mí!”, mientras un extraño sudor, no sé si en el alma o en el cuerpo, corría sobre ella.
Después Jesús me llevó a un tercer lugar donde había un sinnúmero de religiosas, paradas y sin movimiento, mientras un fuerte sudor corría sobre ellas. Se volvieron hacia mí y me suplicaron que rezara el rosario por ellas. En ese lugar había luz. Yo pensé: “¿Por qué será que ellas me piden el rosario?” Entonces Jesús me mostró un rosario, en el que en vez de las cuentas había flores y en cada flor vi brillar una gota de la Sangre de Jesús.
Cuando decimos el rosario, las gotas de la Sangre de Jesús caen sobre la persona por quien lo ofrecemos. Las almas del purgatorio están implorando continuamente la Sangre salvadora de Jesús.

El Juicio Particular - Testimonio de Sor María Natalia Magdolna



Este artículo, al igual que otros, fue extraído del libro "La victoriosa Reina del Mundo", en que se relatan las experiencias místicas de Sor María Natalia Magdolna de Hungría. Una de las muchas experiencias de Sor Natalia fue ser llevada por Jesús a presenciar un juicio particular de un alma pecadora. Aunque se trata de una experiencia fuerte para nosotros el leer su relato, en ella se puede apreciar el infinito amor del Señor por nosotros.

Así lo cuenta ella: En varias ocasiones Jesús me llevó al lugar del juicio individual. La última vez que fui, oré por un alma pecadora. Mi confesor me dijo que le preguntara a Jesús si esa alma se había salvado. Entonces Jesús me permitió ver cómo esta alma había sido juzgada.

Yo pensaba que iba a ver algo aparatoso, mientras no vi nada de eso. Puedo describir esta experiencia sólo en imágenes. Vi a esta alma mientras se acercaba al lugar del juicio. A un lado estaba el Ángel de su Guarda y al otro Satanás. Jesús, en su divina majestad los estaba esperando porque Él es el Juez. El juicio fue rápido y en silencio. El alma pudo ver en un instante toda su vida, no con sus propios ojos, sino con los ojos de Jesús. Vio las manchas negras, grandes y pequeñas. Si el alma va a la eterna condenación, no siente ningún remordimiento por lo que ha hecho. Jesús permanece callado y el alma se aparta de Él y entonces Satanás la arrebata y la arrastra al infierno.
Sin embargo, durante la mayor parte del tiempo, Jesús, con un amor indescriptible, extiende su mano y muestra el lugar al cual el alma debe ir. Jesús le dice: “¡Entra!”, y entonces el alma se pone un velo, similar al que he visto en el purgatorio, blanco o negro, y ella se dirige al purgatorio. La acompañan Nuestra Señora y su Ángel de la Guarda tratando de consolarla. Estas almas son muy felices porque ya vieron su lugar en el Cielo donde les espera la felicidad eterna.

Nuestra Señora no está presente en todas las fases del juicio, pero antes de que se pronuncie la sentencia, Ella le suplica a su Hijo, como abogada defensora, exactamente como hace el abogado con su cliente, defendiendo en modo particular a las almas que durante su vida le fueron devotas. Pero cuando el juicio empieza, Ella desaparece, sólo su gracia está irradiando sobre el alma. A la hora del juicio, el alma está completamente sola frente a Jesús. Después del juicio, cuando el alma está cubierta con el velo del color apropiado, entonces la Virgen aparece otra vez, se pone al lado del alma y la acompaña por el camino del purgatorio.

La Virgen casi se pasa su tiempo en el purgatorio, irradiando sus gracias consoladoras y salvadoras.

El purgatorio es un lugar de purificación, pero también un lugar de felicidad. Las almas que esperan allí están aguardando felices el momento de entrar a la felicidad eterna. El énfasis es en la felicidad y no en el sufrimiento. Olvidaba decir que el pecador que mencioné al principio, sí se salvó.

Le pregunté un día a Jesús:
–¿De qué depende nuestra salvación?
Y Él me contestó:
–La salvación no depende de hoy, de mañana o de ayer, sino del último momento. Por eso ustedes deben arrepentirse constantemente. Ustedes se salvan porque Yo los he salvado y no por sus méritos. Solamente el grado de la gloria que ustedes reciban en la eternidad depende de sus méritos. Por lo tanto, ustedes tienen que practicar constantemente dos cosas: el arrepentimiento de sus pecados y decir con frecuencia:
“Oh Jesús mío, en tus manos encomiendo mi alma”.
Uno no debe tener miedo al juicio. Jesús, como humilde cordero, rodea las almas con un amor indescriptible. El alma que ansía estar limpia llega al juicio para poder encontrarse con el Amor mismo de Quién ella estará enamorada eternamente. En cambio, el alma orgullosa, detesta este Amor, ella misma se distancia de Él y esto en sí mismo es el infierno.

Una vez, apoyada en el hombro de Jesús, yo lloré preguntándole:
–¿Por qué creaste el infierno?
Para contestarme, Jesús me llevó al juicio de un alma muy pecadora, a quien le perdonó sus pecados. Satanás estaba furioso:
–¡Tú no eres justo! –gritaba–. ¡Esta alma fue mía toda su vida! Este cometió muchos pecados, mientras que yo cometí sólo uno y Tú creaste el infierno para mí.
–¡Lucifer! –Le contestó Jesús con amor infinito–. ¿Tú, alguna vez, me pediste perdón?
Entonces Lucifer, fuera de sí, gritó:
–¡Eso nunca! ¡Eso nunca lo haré!
Entonces Jesús se volvió hacia mí, diciéndome:
–Ya lo ves, si él me pidiera perdón tan sólo una vez, el infierno dejaría de existir.

Es por esto que Jesús nos pide que vivamos en continua conversión. Debemos meditar todo lo que Él sufrió por nuestros pecados para que podamos alcanzar la salvación. Hemos de amarle por su amor profundo. “Cada alma es un mundo único”, me dijo. “Una no puede reemplazar a otra”. Jesús ama a cada alma con un amor especial, y ese amor no es el mismo amor que tiene para las otras.

Dos grandes Novenas a los Sagrados Corazones de Jesús y María los primeros viernes y sábados de mes



*Artículo extraído del libro: "La Victoriosa Reina del Mundo"


Estas dos grandes Novenas no son oraciones sino que se trata de comulgar los Primeros Viernes y Sábados de Mes durante nueve meses seguidos en reparación a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Estas novenas fueron reveladas a Sor María Natalia Magdolna de Hungría por mismo Señor Jesucristo.

Dice Sor Natalia:
El 15 de agosto de 1942, Jesús me dio una enorme gracia. Durante una visión me dio una gran promesa para aquellos que hicieran una novena en honor de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María. Me dijo:
-Hija mía, mira a tu Madre como Reina del Mundo. Ámala y trátala con la confianza de un niño. Esto lo quiero de ti y de todos.



Entonces levantó un poco el manto de su Madre, me mostró su Inmaculado Corazón y, volteándose hacia el mundo, dijo:
-He aquí el Corazón Inmaculado de mi Madre en el que he puesto mis gracias para el mundo y para las almas. Este Corazón es la fuente de mis gracias, del que fluyen la vida y la santificación del mundo. Como el Padre celestial Me lo dio todo a Mí, del mismo modo Yo le di mi victorioso poder sobre el mundo y sobre el pecado al Inmaculado Corazón de mi Madre. A través de mi hija, Margarita María Alacoque, la prometí al mundo grandes cosas, pero como mi bondad es infinita ahora ofrezco todavía más.


-Si la gente desea ganar los beneficios de mis promesas debe amar y venerar el Inmaculado Corazón de mi Madre. La señal más grande de esta veneración es que comulguen, bien preparados y arrepentidos en nueve sábados primeros, paralelamente con los nueve viernes primeros. Sus intenciones deberán consolar a mi Corazón al mismo tiempo que al Corazón Inmaculado de mi Madre.


Entendí que Jesús estaba pidiendo lo mismo para su Madre que lo que había pedido a santa Margarita para sí mismo. Le pregunté a Jesús:
-¿Debemos consolar también a tu Madre, ya que ella recibe tantas ingratitudes?

Jesús respondió:
-Querida hija, si alguien me hiere, esta persona hiere también a mi Madre. Si alguien me consuela, consuela al mismo tiempo a mi Madre, porque mi Madre y Yo somos uno en el amor.
Cuando el Salvador me dijo esto, entendí muchas cosas sobre la unidad de los dos Sacratísimos Corazones.


Jesús me dijo también que si alguien se confiesa con regularidad una vez por mes, no hace falta que se confiese para ir a la comunión, si no ha cometido ningún pecado mortal desde la última confesión. Jesús me enseñó esta oración para los primeros sábados:
«Sacratísimo Corazón de Jesús, te ofrezco esta santa comunión por medio del Corazón Inmaculado de María, para consolarte por todos los pecados cometidos contra Ti».


Las 33 promesas de Jesús para aquellos que hagan la doble novena:

1. Todo lo que me pidan por medio del Corazón de mi Madre – a condición de que la petición sea compatible con la voluntad del Padre - lo concederé durante la novena.

2. Sentirán en cada circunstancia la extraordinaria ayuda de mi Madre, junto con sus bendiciones.

3. Paz, armonía y amor reinarán en sus almas y en las almas de los miembros de sus familias.

4. Protegeré a sus familias de contrariedades, engaños e injusticias.

5. Los matrimonios se mantendrán juntos y, si uno ya se ha ido, él o ella, volverá.

6. Los miembros de sus familias se comprenderán unos con otros y perseverarán en la fe.
7. Las madres, en particular las que esperan, recibirán una especial protección para ellas, así como para sus hijos.

8. Los pobres recibirán alojamiento y comida.

9. Los llevaré a amar la oración y el sufrimiento. Aprenderán a amar a Dios y a sus prójimos.

10. Los pecadores se convertirán sin dificultad aunque sea otra la persona que hace esta novena por ellos.

11. Los pecadores no volverán a caer en su estado anterior. No solamente recibirán perdón por sus pecados sino que, a través de una perfecta contrición y amor, recuperarán la inocencia bautismal.

12. Aquellos que hagan esta novena en su inocencia bautismal (especialmente los niños) nunca ofenderán a mi corazón con pecados graves.

13. Los pecadores que se arrepientan sinceramente escaparán no sólo del infierno sino también del purgatorio.

14. Los creyentes tibios se volverán fervorosos, perseverarán y alcanzarán la perfección y la santidad en un corto tiempo.

15. Si los padres u otros miembros de la familia hacen esta novena, ninguno de esa familia será condenado al infierno.

16. Mucha gente joven recibirá el llamado a la vida religiosa y al sacerdocio.

17. Los descreídos se volverán creyentes y aquellos que andan sin dirección volverán a la Iglesia.

18. Los sacerdotes y religiosos permanecerán fieles a su vocación. Los que no fueron fieles recibirán la gracia de una sincera contrición y la posibilidad de regresar.

19. Los padres y la gente en posiciones de mando recibirán ayuda en sus necesidades espirituales y materiales.

20. El cuerpo estará libre de tentaciones del mundo y de la carne.

21. El orgulloso se volverá humilde; el impetuoso se volverá amoroso.

22. Las almas fervorosas sentirán la dulzura de la oración y el sacrificio; nunca serán atormentadas por la inquietud o la duda.

23. Las personas agonizantes no sufrirán los ataques de Satanás. Se irán súbitamente, con una muerte inesperada.

24. Los moribundos experimentarán un deseo vehemente de la vida eterna; de este modo, ellos se abandonarán a mi voluntad y se irán de la vida en los brazos de mi Madre.

25. Sentirán la extraordinaria protección de mi Madre en el juicio final.

26. Recibirán la gracia de tener compasión y amor hacia mi sufrimiento y el de mi Madre.

27. Aquellos que se esfuerzan por ser perfectos obtendrán como un privilegio las principales virtudes de mi Madre: humildad, amor y pureza.

28. Estarán acompañados con cierta alegría exterior e interior y con paz a lo largo de sus vidas, estén enfermos o sanos.

29. Los sacerdotes recibirán la gracia de vivir en la presencia de mi Madre sin ninguna adversidad.

30. Aquellos que progresen en su unión Conmigo recibirán la gracia de sentir esta unión. Sabrán lo que significa: «ellos ya no vivirán, sino que Yo viviré en ellos». Es decir, amaré con sus corazones, oraré con sus almas, hablaré con sus lenguas, y serviré con todo su ser. Experimentarán que lo bueno, hermoso, santo, humilde, manso, valioso y admirable en ellos, soy Yo. Yo, el Omnipotente, el Infinito, el único Señor, el único Dios, el único Amor.

31. Las almas de aquellos que hagan esta novena estarán radiantes como lirios blancos alrededor del Corazón de mi Madre por toda la eternidad.

32. Yo, el Divino Cordero de Dios, unido con mi Madre y con el Espíritu Santo, nos regocijaremos para siempre viendo las almas que a través del Inmaculado Corazón de mi Madre, ganarán la gloria de la eternidad.

33. Las almas de los sacerdotes avanzarán siempre en fe y en virtud.

La gran promesa de María:
«Las puertas del infierno estarán cerradas el primer sábado de cada mes. Nadie entrará al infierno en ese día. Sin embargo, las puertas del Purgatorio estarán abiertas. Así muchas almas podrán alcanzar el cielo. Ésta es la obra del Amor misericordioso de mi Hijo. Ésta es la recompensa para esas almas que veneran a mi Inmaculado Corazón».


Cuando el Salvador me habló de los primeros sábados no estaba yo enterada que la Santísima Virgen en Fátima había pedido solamente cinco primeros sábados, en comparación con los nueve de los mensajes que yo había recibido. Por lo tanto, las autoridades de la Iglesia quisieron saber por qué el Salvador pidió nueve mientras la Virgen María en Fátima había pedido sólo cinco.


El Divino Salvador contestó: «La petición de mi Madre de cinco sábados es signo de su humildad. Aunque Ella es glorificada en el cielo, vive en el espíritu de la humildad y por lo tanto Ella no se considera merecedora de recibir ninguna devoción que sea igual a la Mía. Mi petición es una señal de mi amor, que no puede soportar la idea de recibir más que Ella quien está tan unida a Mí en este amor».


Por esto entendí que la razón por la que debe hacerse reparación en los nueve primeros sábados es porque Jesús pidió nueve viernes para Él a santa Margarita María Alacoque. Con eso nosotros consolaremos a Jesús y honraremos a Nuestra Señora, entregándonos a ella, y así por medio de su Inmaculado Corazón llegaremos a Jesús.

viernes, julio 29, 2011

Los Carismas del Espíritu Santo



Etimología: del griego, charis+ma.
Char: algo que causa felicidad. Charis: conceder gracia, favor gratuito de Dios.
Ma: es el objeto y el resultado de una acción.
"charisma": el resultado de haber recibido el charis (don de Dios).
Los carisma son:
• Sobrenaturales concedidos por Dios a determinadas personas. Aunque se le atribuyen sobre todo al Espíritu Santo, son igualmente don del Padre y del Hijo.
• Son un don para la Iglesia. Aunque ya existían en el Antiguo Testamento, Dios los concede de forma incomparable en la Iglesia, por los méritos de Cristo.
• Para el bien común. Concedidos para servir en la edificación de la Iglesia. Sus efectos se manifiestan en favor de los miembros del cuerpo en función del amor. Son útiles para la misión y por lo tanto no son ni privados (para uso egoísta, personal), ni son superfluos.
• No son requisitos para la salvación personal como lo es la gracia santificante. No es mas santo el que tenga mayores carismas. Pero si es verdad que los santos se caracterizan por el buen uso de los carismas porque los ponen al servicio de la Iglesia motivados por el amor.
• El Espíritu Santo los concede a quien quiere y cuando quiere. (1 Cor 12,11). Se encuentran en todo tiempo y lugar.
• Son dones transitorios. El Espíritu Santo los da y los quita según su beneplácito; son pasajeros respecto a las virtudes teologales que son permanentes y sobre todo, con relación a la caridad que no disminuye; poseen, sin embargo, una cierta estabilidad que hace que el hombre dotado habitualmente del carisma profético sea llamado profeta.
• Son valorados por su grado de utilidad; en cuanto más útiles para edificar la Iglesia.
• Es bueno pedirlos si lo hacemos por amor a la Iglesia, para servirla (1 Cor 14, 27)
• Jamás podrían adquirirse ni ser previstos con las fuerzas humanas.
• El carisma brota con formas nuevas. Por eso le incumbe al ministerio jerárquico la delicada tarea de examinar y cultivar los carismas que nacen continuamente en el seno del pueblo de Dios. Hacer aflorar nuevas modalidades de carismas, favorecer las concreciones institucionales de estos y velar para que se mantengan vivos, insertándolos adecuadamente en la vida de la Iglesia.
Por su naturaleza, los carismas son comunicativos, y hacen nacer aquella "afinidad espiritual entre las personas"
y aquella amistad en Cristo que da origen a los "movimientos". (cf. Christifideles laici, 24)
Criterios esenciales de los carismas auténticos (Libero Gerosa):
"Los carismas son gracias especiales que el Espíritu distribuye libremente entre los fieles de todo tipo y con los que los capacita y dispone para asumir varias obras y funciones, útiles para la renovación de la Iglesia y para el desarrollo de su construcción. Algunos de estos carismas son extraordinarios, otros, por el contrario, sencillos y mucho más difundidos, pero el juicio sobre su autenticidad corresponde, sin ninguna excepción, a los que presiden en la Iglesia, a los que compete no extinguir los carismas auténticos"
El carisma se distingue del talento:
talento: es la capacidad natural de la persona.
carisma: es un don sobrenatural del Espíritu para edificación del cuerpo eclesial. Por ser sobrenatural no implica que sea necesariamente algo portentoso, mas bien los dones se integran en la disposición natural de la persona y actúa en ella.
Antiguo Testamento

Aunque el término "carisma" parece ser propiamente paulino, la realidad a que se refiere está ya claramente operante en el Antiguo Testamento, en numerosos reyes, jueces, profetas y otros grandes personajes, tanto hombres como mujeres. Estos no solo recibieron de Dios una misión sino también la efusión del Espíritu Santo para ejercerla mas allá de las fuerzas meramente naturales.

Nuevo Testamento
La palabra carisma aparece 17 veces.

16 veces en San Pablo: Rom1,11; 5,15.16; 6,23; 11,29; 12,6; 1 Cor 1,7; 7,7; 12,4.9.28.30.31; 2 Cor 1,11; 1 Tm 4,14; 2 Tm 1,6.

1 vez en S. Pedro: 1 P 4, 10.

Carisma en San Pablo
San Pablo hace cuatro listas de carismas:
1 Cor 12,8-10;
1 Cor 12, 28-30
Rom 12, 6-8
Ef 4, 11
Las listas contienen un total de 20 carismas diferentes, pero estas no pretenden ser exhaustivas. Hay muchos mas carismas. Mientras unos son dones que capacitan para ejercer ciertos oficios, otros son extraordinarios. Pero todos son fruto de la gracia, es decir de la obra del Espíritu Santo.
El significado de "charisma" en Pablo varía. Algunas veces es aptitud, otras es sinónimo de gracia sacramental de estado. Pero siempre se trata de una gracia del Espíritu Santo que habilita a quien la recibe para servir en la edificación (oikodomé) de la comunidad (Iglesia). Es por lo tanto para el bien de todos (1 Cor 12). Los carismas tienen un carácter orgánico. Todos los carismas deben operar en armonía, como las múltiples funciones de un cuerpo sano.
Es necesario cuidar el uso de los carismas tanto para desarrollarlos como para encaminarlos en forma equilibrada hacia el propósito querido por Dios. San Pablo advierte a los Corintios sobre el peligro del mal uso de los carismas:
• Cuando los carismas pretenden remplazar el esfuerzo y la responsabilidad de la vida cotidiana.
• Cuando la atención se centra en los carismas haciendo de ellos un espectáculo, creando desorden y distrayendo de la disponibilidad al sacrificio.
• Cuando se toma posesión de los carismas, buscando ávidamente poseerlos por interés egoísta (orgullo, competencia, fama, etc.).
San Pablo actúa fuertemente contra los excesos porque los carismas, si no contribuyen a la edificación del cuerpo, pueden hacerle daño.
San Pablo igualmente se preocupa de que no se apaguen los carismas
"No apaguéis el Espíritu. No despreciéis las profecías. Examinad todo y quedaos con lo que es bueno. Abstenéos de todo mal." (1 Ts 5, 19-22) Pablo enseña constantemente que Dios actúa íntimamente y poderosamente en sus hijos, dándoles los dones necesarios para la misión. Minimizar la necesidad de los dones es también una forma de poner al hombre como un falso protagonista de la edificación de la Iglesia, usurpando el lugar de Dios y relegándolo a un cielo que estaría distanciado de la tierra.
Todos los santos son testimonio del poder de Dios y de los carismas que el suscita para el bien de la Iglesia.
San Ignacio de Loyola, a través de su propia experiencia de gracia, desarrolla unos "ejercicios espirituales" para discernir las mociones del Espíritu. Estos ejercicios correctamente presuponen que Dios se manifiesta al hombre, le da los carismas y le da conocimiento para utilizarlos correctamente. Este proceso de discernimiento debe continuar toda la vida e incluye necesariamente una profunda obediencia a la Iglesia.
Después del Concilio Vaticano II, se ha suscitado un desarrollo de la doctrina eclesiológica y pneumatológica. Al mismo tiempo el Espíritu Santo se ha manifestado extraordinariamente entre el pueblo de Dios. Han aparecido numerosos movimientos eclesiales con nuevos carismas. La Renovación Carismática en el Espíritu Santo a motivado un "redescubrimiento" de carismas como la curación, la profecía, el don de la alabanza en lenguas y muchos otros. El Espíritu Santo se da así a conocer como la verdadera vida de la Iglesia.

miércoles, julio 20, 2011

20 de Julio San Elias Profeta



Elías,
Profeta
Año 850 AC

Señor Dios: síguenos enviando muchos profetas que, como Elías, anuncien tus mensajes y luchen valientemente contra el pecado y las falsas enseñanzas de los enemigos de la religión.

Elías significa: "Mi Dios es Yahvé". (El = Dios. IA = Yahvé).
En contraposición a un montón de falsas divinidades que el pueblo ignorantemente estaba adorando, suscitó Dios a un gran profeta para que recordara a su pueblo que sólo hay un Dios y que ese Dios es Yahvé (Este es el nombre que Dios se dio a sí mismo cuando Moisés le preguntó: ¿Cuál es tu nombre?". Y el Señor le respondió "Mi nombre es Yahvé, que significa: Soy el que soy. Yo hice a todos, y a mí nadie me hizo"(Exodo 3,14). Ese fue pues el oficio de Elías: tratar de convencer a los israelitas de que sólo hay un Dios y que ese Dios es Yahvé, el Creador de cielos y tierra.

La historia del profeta Elías está en la S. Biblia en el Libro Primero de los Reyes capítulos 17 al 21, y en el segundo Libro de los Reyes, capítulos 1 y 2. Ojalá la leamos en nuestra Biblia. Es la siguiente:

Reinaba en Israel Acab, un hombre de débil voluntad que se dejaba dominar por su esposa Jezabel, que era pagana y extranjera y deseaba imponer entre el pueblo la religión de los falsos dioses. Esta mujer perversa hizo asesinar a los profetas y sacerdotes del Dios verdadero, de los cuales solamente se salvaron de la muerte unos cien a quienes escondió en cavernas Abdias, el mayordomo del rey, y los alimentó durante la época de máximo peligro. Elías se libró de la muerte huyendo a su tierra natal, al otro lado del Jordán, y yéndose después a una ciudad fenicia, llamada Sarepta.

Pero cuando parecía que ya Jezabel iba a lograr destruir por completo la verdadera religión en Israel, entra en escena el gran campeón del a religiosidad, Elías, y empieza el combate total entre las fuerzas del bien y las del mal.

Elías aparece de repetne en pleno reinado de Acab, para anunciar, que como un castigo por haber abandonado la verdadera religión, vendrá sobre la nación un verano de tres años seguidos. Y en efecto deja de llover durante 36 meses y el hambre y la sed hacen estragos.

Por orden de Dios, Elías se retira a vivir a una cueva junto a una fuente de agua. Allá los cuervos le llevan pan por la mañana y carne por la tarde, El profeta viste pobremente: una tosca piel de camello y una correa (así vestirá más tarde Juan Bautista). Cuando la fuente de agua se secó, Dios le ordenó que se fuera a vivir a una ciudad extranjera, llamada Sarepta.

Al llegar a Sarepta se encuentra con una viuda que está recogiendo leña para cocinar. Él le dice: "por favor: tráigame un poco de agua y un pan". Ella le respondió: No tengo sino un poquitito de harina y una migaja de aceite. Voy a hacer un pan para mi hijo y yo, y después nos moriremos de hambre".

Elías le dijo: "Haga un pan para mí, y ya verá que la harina no se le acabará en su artesa, ni el aceite en su vasija, hasta el día en que vuelva a llover sobre la tierra". La mujer hizo lo que el profeta le mandaba, y sucedió como le había anunciado: ni la harina se acabó en su artesa, ni el aceite se disminuyó en su vasija, durante todos esos meses de escasez. Y así pudo alimentar a su hijo y al profeta.

El primer caso de un resucitado, que se narra en la S. Biblia, sucedió en tiempos del profeta Elías. El hijo de la viuda que lo hospedaba se enfermó gravemente y se murió. La pobre mujer desconsolada le reclamó al profeta el por qué le tenía que suceder a ella tan grande desgracia. Elías se dedicó a rezar con toda fe junto al cadáver del niño y Dios resucitó al muerto. La madre del jovencito, al ver a su hijo vivo otra vez, exclamó: "Ahora sé que eres un hombre de Dios y que en verdad Yahvé habla por tus labios".

Elías hizo que el rey Acab reuniera a todo el pueblo de Israel, junto al Monte Carmelo y también a los 450 profetas del falso dios Baal. Y estando todos allí reunidos les hizo este desafío: "Vamos a poner dos altares. En el uno estarán los sacerdotes de Baal. Y en el otro estaré yo en nombre de Yahvé. Y ellos invocarán a Baal para que envíe fuego del cielo y queme sus ofrendas. Y yo invocaré a Yahvé. Y el que responda, ese es el verdadero Dios. Y descendió fuego del cielo y consumió todo el sacrificio que él había colocado en el altar (y eso que el profeta había hecho inundar con mucha agua todos los alrededores de su altar, para que no fuera fácil allí quemar nada). El pueblo emocionado ante este milagro, acabó con todos los sacerdotes del falso dios Baal.

Cuando la malvada reina Jezabel supo que habían acabado con los sacerdotes de su falso dios Baal, dio orden a la policía de que asesinara a Elías. Y este tuvo que salir huyendo por el desierto, para salvar la vida. Y le sucedió que entonces tuvo una gran depresión de ánimo y deseó morirse. Pero Dios le envió un ángel que le trajo un pan y una jarra de agua, y con este alimento tuvo fuerzas para andar 40 días por el desierto hasta llegar al Monte Horeb o Sinaí y esconderse allí.

Y estando allí en el Monte Santo sintió que Dios se le iba a aparecer. Y llegó un violento huracán, pero allí no iba Dios. Y sucedió un espantoso terremoto, pero ahí no estaba Dios. Y vino un fuego devorador, y allí tampoco llegaba Dios. En seguida sintió una suave brisa, y ahí sí venía Dios. Y el Señor mandó a Elías que volviera otra vez a Israel y que consagrara a Eliseo como su sucesor, y a Jehú como nuevo rey. Y desde aquella aparición, aprendió el gran profeta a no ser violento (como el huracán) ni duro (como el terremoto) ni asustador (como el fuego) sino suave y amable (como la brisa).

El rey Acab deseaba conseguir una finca que le agradaba, pero Nabot, su dueño, no se la quería vender porque era la herencia muy amada de sus padres. Entonces la reina Jezabel hizo asesinar a Nabot y el rey se apoderó de la finca. Elías se presentó y le anunció que por haber cometido semejante crimen, todos los hijos varones del rey Acab serían asesinados, y que a Jezabel se la comerían los perros.

Ajab se asustó mucho y empezó a hacer penitencia. Entonces Dios le avisó a Elías que por esas demostraciones de arrepentimiento, los castigos no llegarían sino cuando el rey ya se hubiera muerto. Y así sucedió. Muerto Ajab, fue nombrado rey un general llamado Jehú el cual hizo asesinar a todos los hijos del difunto rey, y mandó echar desde un balcón hasta el piso de la calle a Jezabel, y allí la devoraron los perros.

El profeta nombró como su sucesor a Eliseo y fue avisado por Dios de que iba a ser llevado al cielo. En compañía de Eliseo llegó al río Jordán y lo tocó con su manto, y el río se abrió en dos y pasaron al otro lado sin mojarse los pies.

Eliseo le pidió como último favor: "Que me pase a mí lo más importante de tu espíritu" (de tus poderes y de tus cualidades). Elías le dijo: "Si me ves cuando suba al cielo se te concederá lo que has pedido".

Y llegó un carro de fuego y se llevó a Elías al cielo. Eliseo lo vio mientras subía por las nubes, y se le transmitieron a él las cualidades y los poderes de Elías, y empezó a hacer milagros.

Retrato bíblico

Es imposible intentar encerrar en cuatro páginas la personalidad y obra de este gran Profeta.

Leyendo las pocas páginas que nos hablan de él: 1 Reyes, cap. 17-19,21, y 2 Re 1-2, podemos intentar descubrir sus rasgos principales. He aquí algunos:
El hombre ante Dios: Aparece con frecuencia la expresión "el Señor a quien sirvo" o "ante el que estoy"; Elías no comparte con nadie su culto y quiere que el pueblo haga lo mismo.

Llevado por el Espíritu: Ved la respuesta tan sabrosa de Abdías en 1 Reyes 18,12. De ahí es de donde procede la fuerza del alma de Elías y de su libertad interior.

Su fe sin divisiones: Cuando el sacrificio del Carmelo (1 Re 18), intenta forzar al pueblo a elegir entre el Dios vivo, personal, que interviene en la historia, y las fuerzas naturales divinizadas, los baales. Como nosotros, Elías cree sin ver; porque Dios se lo pide, anuncia la llegada de la lluvia..., pero sin verla venir (1 Re 18,41 s).

Su intimidad son Dios: Su visión de Dios (1 Re 19), como la de Moisés (Ex 33,18s), es el modelo de la vida mística: es todo lo más que se le concede ver al hombre. Pero Elías sigue siendo un hombre como nosotros, desalentado, miedoso (19,ls). El versículo 19,12 debe traducirse: "Se oyó el ruido de un silencio": Dios no está en las fuerzas de la naturaleza divinizadas, sino que es el Dios oculto. En su oración -lo mismo que Moisés-Elías no cae en efusiones místicas, sino que habla a Dios de su misión.

De ensorde los pobres: Ante el rey y los poderosos, defiende al pobre (1 Re 21).

Su universalismo:Como cree en Dios sin divisiones y se deja conducir por el Espíritu, es libre para tratar con los paganos (1 Re 17); pero también a la mujer pagana le pide una fe incondicional (17, 13).

Las llorecillas de Elías (2 Re 1): Este relato popular, lo mismo que presentarán luego a Eliseo, contribuirá, por desgracia, a hacer de Elías un personaje justiciero que pide el fuego del cielo contra los pecadores.

La ascensi6nde Elías (2 Re 2). Como no se conocía su tumba, se llegó a pensar seguramente que había sido llevado junto a Dios. Lucas se inspirará en este texto para su relato de la ascensión de Jesús (Hech 1,6-11); Eliseo, que ve a Elías en su ascensión, recibirá su espíritu para continuar su misión, lo mismo que los discípulos recibirán el Espíritu de Jesús por haberlo visto elevarse.

Retrato hecho por los hombres
Nos limitamos al que nos pintan dos célebres carmelitas:

l) El ilustre historiador Juan Bta. Lezana (+1659) escribió este magnifico epitafio:

"Elogio para fiar a la puerta del paraíso terrenal:

Aquí vive,oh mortal aquel celeste celador de la honra divina. Elías es de doble espíritu, perfecto en la pureza, rico en virtudes, pobrisimo en bienes terrenos, gran amigo de Dios, enemigo del diablo, amable con los buenos, terrible para los impíos, nacido antes de Cristo, conversó con Cristo, reservado después de Cristo contra el Anticristo; Patriarca eximio. Profeta celebérrimo. Sacerdote grande, Monje, Padre de los Monjes, siempre casto, Fénix singular.
De Cristo futuro apóstol. Mártir, Precursor, Capitán, valiente defensor, heraldo de la verdad, ardientemente reilgioso, maduro sin quebranto, anciano sin vejez, mortal sin morir, nutrido sin alimento, de una longevidad sin achaques y - icosa admirable!- de una vida santísima que no se ha de extinguir hasta la consumación de los siglos.

Quien flageló a los tiranos, dio muerte a los sacrílegos, cerró con su palabra las nubes y tornólas a abrir, ungió Reyes e instituyó Profetas defensores; por los ángeles fue anunciado su nacimiento, allmentado en Carit, saludado en Horeb, donde, en medio de fragorosa tempestad y conmoción de los montes, cubriéndose con su palio el rostro, vio en cuanto era capaz, a Dios, el cual se le manifestó en el suave céfiro..."

2) El venerable mariólogo Arnoldo Bostio (+1499) lo llamó:

"Varón Evangélico antes del Evangello, Apostólico antes del tiempo de los Apóstoles, despreciador del mundo y de todas las cosas perecederas, apasionado seguidor de lo eterno, primer Virgen, Monje y Eremita, resplandor de costumbres, regla de virtudes, heraldo de la Virgen sagrada. Que con la instftución de la virginal castidad antecedió por mucho tiempo al Cordero sin mancha a donde quiera que hubiera de ir..."

Elías y el Carmelo
Un grupo de cozados llegados a Palestina a mediados del siglo XII, viendo la maravillosa topografía del Monte Carmelo, tan apto para la contemplación, decidieron quedarse allí y se entregaron sin reservas a imitar la vida del Profeta de Fuego, tal como la describían los libros de los Reyes, a base de la tradición monástica. El lugar les ayudaba a "fabricar la miel dulcísima de la contemplación".

Supuesto el vinculo entre Elías y el Carmelo, entre Elias y la vida religiosa, fijado por los Padres Griegos y Latinos, no es de extraflar que aquellos a quienes ya Santiago de Vitry había designado como "imitadores del santo varón y solitario Elías profeta", en el Monte Carmelo..., cerca de la fuente apellidada de Elías, en la Rubríca Prima de las Constituciones afirman su descendencia de los Padres tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, quienes desde el tiempo de Elías y de Eliseo habían habitado en el Monte Carmelo "para la contemplación de las cosas celestiales".

A pesar de ello, los carmelitas nunca se llamaron elianos, pues tomarán el nombre, como tantas otras Ordenes, no del Fundador, sino del lugar donde nacen.

Elias será para aquellos cozados que se reúnen en el Monte Carmelo la regla viva, que se propondrán imitar. Para ellos éste será el padre que les infundirá su espíritu: Carmelitarum Dux et Pater.

Para estos primeros carmelitas, la cosa fue fácil: deseaban imitar a aquel hombre extraordinario, tal como lo presentabá la Sagrada Escritura y porque los Padres lo habían visto como el prototipo del monacato.

Así de sencillo es el origen del Patríarcado ellano sobre el Carmelo.

Hoy, la así llamada "Cuestión eliana"sobre la sucesión heriditaria o entronque de los carmelitas de hoy con el Profeta Elías, que vive 900 años antes de Cristo, es una cuestión zanjada y, por lo tanto, así admitida: Elías es el Padre Espiritual o el Inspirador del Carmelo. Así lo ha escrito el P. R. García Villoslada, S.J.:

"Pero debemos anadirque no sin fundamento llaman su Padre a Elías, porque los fundadores y después todos los carmeiltas miraron siempre a aquel Profeta como a modelo y ejemplar, e inspirados en él, modelaron sus reglas y constituciones. Moralmente, pues, ha influido el Profeta Elías en la Orden Carmelitana casi tanto como San Agustín en los diversos Institutos que llevan su nombre, y se glorían de tenerle por Padre".

Elías, Padre espiritual del Carmelo
"Elías, aunque no sea él quien les haya dado una Regla escrita, con todo ha sido el ejemplo y el modelo de la santa vida de los carmelitas". Así escribió el célebre humanista benedictino, el Abad Juan Tritemio (+1516).

A esta afirmación de un extraño a la Orden baste añadir un hecho: Entre las estatuas de los fundadores de las Ordenes Religiosas que aparecen en la Basílica de San Pedro en Roma, está también la magnífica e impresionante del profeta Elias, con la siguiente inscripción, escrita por el mismo Papa Benedicto XIIIel 26.6.1725: "Universus Ordo Carmelitarum Fundatori suo Santo Eliae Prophetae erexit 1725. (La Orden entera de los Carmelitas, a su Santo Fundador, Elías, Profeta, la erigió el año 1725").

El entonces Procurador General de la Orden, Eliseo Monsignani, lleno de alegría, cursó a los Provinciales esta comunicación: "Ha llegado el tiempo en que, aun cuando los carmelitas callen, las piedras y los mármoles hablarán y dirán que el profeta Elías es el Padre y Fundador de los carmelitas".

¿De dónde arranca esta paternidad eliana?

El historiador de la primera mitad del siglo XIII,Jaime de Vitry, dice: "A ejemplo e imitación del santo y solitario varón Elías profeta, muchos anacoretas se retiraron en el Monte Carmelo..."

En virtud de esta tradición y de esta historia del patriarcado eliano los carmelitas deben procurar ajustar su vida a la de él. Fue éste el testamento que según la tradición dejó San Brocardo, Superior General del Carmelo, a los moradores de aquella Santa Montaña antes de expirar: "Ajustad vuestra vida a la vida ejemplar de la Bienaventurada Virgen Maria y de nuestro fundador, el Santo Profeta Elías".

El ha de ser para nosotros el espejo en el que a diario debemos miramos, como lo hacia San Antonio. Es lo que afirma el Bto. Juan Soreth (+1471) en su Exposición de la Regla: "Nosotros somos los Hijos de los Profetas, no según la carne, sino por la imitación de sus obras. El Redendor decía a los judíos que se gloriaban de proceder de Abrahán: "Haced las obras de Abrahán". Así hoy se debe decir a los carmelitas: "Haced las obras de Elías".

Así nos presenta a Elías el libro más importante de la espiritualidad Carmelitana después de la Regla, la Institución, como ejemplo a imitar.

He aquí un hecho básico e indiscutible: La conciencia moral eliana del Carmelo, su procedencia eliana en cuanto a la concepción contemplativa y apostólica de la vida religiosa.

Esto afirmaba el célebre Tomás Waldense, cuando deseaba que fuera para los carmelitas N. P. 5. Elías "unafuente de vida espiritual, un ideal que incita a la imitación y estimula al celo por el Dios de los ejércitos, de modo que, la vida espiritual del Carmelo halle en él, Elías, su especificación y su inspiración".

Su espiritualidad y su mensaje
En cuanto precede ya va implícita y explícita su espiritualidad y su mensaje para el hombre de hoy, que no puede ser más actualísimo.

Todo él se resume en su doble espíritu, que siempre enarboló el Carmelo como fundamento de su espiritualidad:

Este era su lema en doble vertiente:

a) Vida contemplativa, intimidad divina: "Vive el Señor, en cuya presencia yo vivo, yo estoy" (1 Re 17,1).

b) Vida apostólica, celo por la gloria de Dios y la justicia: "Me abraso de celo por el Señor, Dios de los ejércitos" (1 Re 19,10).

Elías Profeta es el CANTOR incansable del Dios vivo.

Si a este doble espíritu se le añade el amor tierno y filial a MARIA- a la que según la tradición él viera prefigurada en la célebre Nubecilla (1 Re 19, 44)- ya está completo el CARISMA DEL CARMELO.

Nos recordaba el papa Juan Pablo IIel 24.9.1983:

"Vuestro carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo testamento.

El fue un hombre de Dios, Maestro testigo de oración. Como hijo del pueblo, es un ejemplo a seguir por vosotros de cómo tenéis que preocuparos de las necesidades del prójimo. Ello quiere decir que vosotros debéis ser hombres de Dios,testigos de la transcendencia divina, apóstoles de la Divina economía."

Resumiendo:

que prediquemos y vivamos al Dios único y verdadero.
que demos muerte a los muchos ídolos que nos rodean.
que vivamos siempre en la presencia del Señor.
"que contemplemos a Maria y tratemos de imitarla.



Su oración:


"Dios todopoderoso y eterno, que concediste a tu Profeta Elías, nuestro Padre, vivir en tu presencia y arder por el celo de tu gloria, concédenos buscar siempre tu rostro y ser en el mundo testigos de tu amor. Amén."

jueves, julio 14, 2011

EL ESCAPULARIO DEL CARMEN



¿Qué es?
El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la orden Carmelitana, en la esperanza de su protección maternal.
El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón, por todos conocido.
El escapulario del Carmen es un sacramental, es decir, según el Concilio Vaticano II, “un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia” (S.C. 60).
La “Gran Promesa”
En un momento de gran aflicción para la Orden del Carmen, San Simón Stock suplicó a la Madre de Dios que le diese una señal de Su protección. Y el día 16 de julio de 1251 la Santísima Virgen se le apareció con el Niño Jesús y le presentó un Escapulario, prometiéndole que todos los que con él muriesen no padecerían el fuego eterno. “Es, pues, una señal de salvación, salvaguardia en los peligros, alianza de paz y de protección sempiterna”, dijo la Madre de Dios.
El sentido de esta promesa es que la persona que muere con el Escapulario recibirá de la Virgen María, a la hora de la muerte la gracia de la perseverancia en el estado de justicia si está en él, o, en caso contrario, la gracia de la conversión y de la perseverancia final.
Esta “gran promesa” es válida no sólo para los religiosos que mueren con el Escapulario largo, sino también para los fieles que lleven el Escapulario pequeño o la medalla–escapulario.
El Privilegio Sabatino
La predilección de María Santísima por el Carmen fue confirmada de modo aún más maternal en el siglo siguiente, cuando se apareció al futuro Papa Juan XXII, entonces cardenal, en Avignon, Francia. Allí le prometió una especial asistencia para los que llevasen el Escapulario del Carmen, diciendo que los libraría del Purgatorio el primer sábado después de su muerte.
Para gozar de los privilegios del escapulario es necesario:
1) Haber recibido debidamente el Escapulario, es decir, impuesto por un sacerdote con poder para tal (actualmente cualquier sacerdote con uso legítimo de órdenes tiene ese poder).
2) Que el Escapulario sea como prescribe la Iglesia, es decir, hecho con dos pedazos de lana (y no de otro material) unidos entre sí por cordones, de forma cuadrangular o rectangular y de color marrón.
3) Que una parte caiga sobre el pecho y otra sobre la espalda.
4) Guardar la castidad cada uno según su estado (perfecta para los solteros y matrimonial para los casados).
5) Rezar las oraciones prescriptas por el sacerdote que lo impuso.
Protección maternal
Por su profundo simbolismo mariano, por los grandes privilegios y por el gran amor y privilegiada asistencia, que ha manifestado a través de los siglos la Santísima Virgen del Carmen a quienes vistan devotamente su escapulario, es por lo que tan prodigiosamente se ha extendido por doquier esta piadosa devoción de vestir el escapulario.
He aquí las razones del valor espiritual de la devoción del santo escapulario:
“Sobre todo por su rico simbolismo: ser hijo de María, ver en él todas las virtudes de María, ser símbolo de nuestra consagración filial a la Madre Amable. Por morir en gracia de Dios, quien lo vista piadosamente. Porque saldrá del Purgatorio cuanto antes quien muera devotamente con él. Por llegar su protección a todos los momentos de la vida, a la muerte y aún más allá. “En la vida protejo; en la muerte ayudo, después de la muerte salvo”, son sus credenciales por los innumerables prodigios que ha obrado. Por las relaciones con sus apariciones más recientes en Lourdes y Fátima. Por las muchas indulgencias que disfrutan quienes visten este escapulario”.
Al vestir el escapulario, y durante toda la vida, es muy importante que sepamos apreciar su profundo y rico significado, como pertenencia a una Orden, a la del Carmen, con obligación de vivir según su rica espiritualidad y su propio carisma. Quien viste el escapulario debe procurar tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes, su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
"Además de la gran promesa de preservar del infierno, del singular privilegio Sabatino y del honroso título de Hermanos de la Virgen [los frailes del Carmen son llamados 'Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo'] y de la salvación en los peligros, así como de gran número de indulgencias, los que visten el Escapulario del carmen gozan de la participación en todas las obras buenas que se practican en toda la Orden del Carmen. Esto quiere decir que en la Orden del Carmen todo lo que cae bajo el común denominador de "buenas obras" -como virtudes, satisfacciones, Misas, oraciones, predicaciones, ayunos, disciplinas, inmolaciones, frutos de las Misiones, práctica de los votos, austeridad de la vida del claustro, efectos saludables del apostolado de la devoción a la Virgen del Carmen y a su santo Escapulario, etc.- forma un acervo común o un capital social que se reparte entre todos y cada uno de los miembros que, sea por profesión (religiosa) o en virtud del privilegio de la agregación, pertenecen a dicha Orden de la Virgen del Carmen".
El escapulario del Carmen es un MEMORIAL de todas las virtudes de María. Así lo recordaba a todos: religiosos, terciarios y cofrades, “que forman, por un especial vínculo de amor, una misma familia de la Santísima Madre”, el Papa Pío XII, el 11 de febrero de 1950:
“Reconozcan en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y castidad. Vean, en la forma sencilla de su hechura, un compendio de modestia y candor. Vean, sobre todo, en esta librea, que visten día y noche, significada, con simbolismo elocuente, la oración con la cual invocan el auxilio divino. Reconozcan, por fin, en ella su consagración al Sacratísimo Corazón de la Virgen Inmaculada, por Nos. recientemente recomendada”.





Indulgencias:
He aquí las indulgencias plenarias y parciales para los que visten el escapulario:
A) Indulgencias plenarias: 1. El día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la Tercera Orden o Cofradía. 2. En las fiestas: de la Virgen del Carmen (16 de julio), de San Simón Stock (16 de mayo), de San Elías profeta (20 de julio), de Santa Teresa de Jesús (15 de octubre), de Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre), de San Juan de la Cruz (14 de diciembre), y de todos los Santos Carmelitas (1 de noviembre)
B) Indulgencia parcial: se gana indulgencia parcial por usar piadosamente el Santo Escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción. Y no sólo al escapulario, sino también a la medalla–escapulario.
Recomendación pontificia
Desde el siglo XVI –que es cuando se extiende por toda la cristiandad el uso del escapulario del Carmen– casi todos los papas lo han vestido y propagado. Baste recordar aquí que Pablo VI, tratando de las líneas señaladas por el Vaticano II, dijo: “Creemos que entre estas formas de piedad mariana deben contarse expresamente el rosario y el uso devoto del ESCAPULARIO DEL CARMEN”. Y añade, tomando las afirmaciones de Pío XII: “Esta última práctica, por su misma sencillez y adaptación a cualquier mentalidad, ha conseguido amplia difusión entre los fieles con inmenso fruto espiritual”. Juan Pablo II, que es terciario carmelita, ha recordado en diversas ocasiones que viste con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.
La fiesta de la Virgen del Carmen –16 de julio– está entre las fiestas “que hoy, por la difusión alcanzada, pueden considerarse verdaderamente eclesiales” (M.C. 8).
Objetivo principal
María será siempre camino para llegar a Jesús. Entre las devociones que los cristianos dedican a honrar a María –decía Pío XII el 11 de febrero de 1950– “debe colocarse, ante todo, la devoción del escapulario de los carmelitas”.
Por ello recomendamos vivamente que se lleve día y noche el escapulario –vestido de María–, pero su uso permanente no es indispensable para ganar las indulgencias.
El escapulario de tela –que se recomienda por simbolizar mejor el vestido y consagración a María– puede ser sustituido por la medalla–escapulario.
Quien viste el escapulario del Carmen debe distinguirse por una profunda, sincera y filial devoción a la Santísima Virgen, esforzándose siempre por conocer, amar, imitar e irradiar a María, ya que la Orden del Carmen –a la que pertenece por vestir su hábito– tiene como finalidad vivir su vida y extender su culto. El título oficial de los Carmelitas es éste: HERMANOS DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO.
Mi lema
Todo esto debe animar a los cristianos a vestir con devoción el escapulario de la Virgen María que tantos prodigios ha obrado a través de los siglos y que me promete una ayuda especial y protección maternal de parte de María. Éste será el ideal o lema que se procurará vivir a toda costa:
“Que MI ESCAPULARIO me acompañe siempre. Que en él vea siempre a mi Madre Celestial. Que al besarlo lo haga con amor de hijo y como promesa de amarle más y servirle mejor. Que su recuerdo y su presencia en mi pecho me anime a serle más fiel a su Hijo y a Ella. Que en él vea grabadas todas las virtudes de mi celeste Madre y trate de vivirlas. Que su constante presencia sobre mi corazón me ayude a evitar el pecado y a practicar la virtud. Que su recuerdo nunca permita que me olvide de Ella y así puedo estar seguro que Ella no me abandonará”.
Actualidad de esta devoción
La misma Virgen María insistió en su necesidad para los tiempos actuales. La impresionante secuencia de grandes apariciones marianas que comenzó a partir del siglo XIX, en un llamado acuciante para pedir la conversión y penitencia del mundo cada vez más pecador, presenta un discreto y constante vínculo con esta devoción que remonta a la Edad Media.
En efecto, en Lourdes, la última aparición a Santa Bernardita tuvo lugar el 16 de julio de 1858, fiesta litúrgica de Nuestra Señora del Carmen y aniversario de la entrega del Escapulario a San Simón Stock. Y en Fátima, en la sexta aparición, durante la cual se produjo el milagro del sol para probar su autenticidad, la Virgen quiso aparecer a los tres videntes -Lucía, Jacinta y Francisco- bajo la advocación del Carmen, con el Niño Jesús en los brazos y el Escapulario.
A este propósito, la Hermana Lucía, en una entrevista concedida el 15 de Agosto de 1950 al R. P. Howard Rafferty, O.C.D., confirmó esa visión y que la Virgen quería que el Escapulario fuera tomado como parte del mensaje, añadiendo: "ahora el Santo Padre lo ha afirmado así al mundo entero, diciendo que el Escapulario es signo de consagración al Inmaculado Corazón. (...). El Rosario y el Escapulario son inseparables"
Al sernos impuesto el Escapulario nos consagramos a la Virgen y elegimos, así, "el camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Nuestro Señor, que es en lo que consiste la perfección del cristiano".
Así lo practicaron y enseñaron los santos, particularmente San Luis María Grignion de Montfort, y lo expresó Ella misma en Fátima. Y a través de la voz de sus pastores, la Iglesia lo reafirma, como lo hizo recientemente Juan Pablo II recordando a Pío XII: "la forma más auténtica de devoción a la Virgen Santísima, expresada mediante el humilde signo del Escapulario, es la consagración a su Corazón Inmaculado".