miércoles, agosto 09, 2006

Persecución a la Iglesia en China. No abandonemos a nuestros Hermanos.


La fundación cardinal_kung informó el 2 de agosto que el obispo católico Yao Liang, de la dióceis china de Xiwanzi ha sido otra vez arrestado en China. También arrestados: un sacerdote y unos 90 católicos. Algunos de ellos han sido gravemente heridos. Una mujer sufrió la pérdida de su bebé.
Por mas de 50 años la Iglesia Católica sufre persecución. Tanto obispos como sacerdotes y laicos sufren prisión y muerte. Con frecuencia los encierran en "campos de reeducación". Los motivos de las condenas pueden ser: evangelización, participar en una misa de ordenación, dar la unción de los enfermos a un moribundo, predicar un retiro espiritual, etc. La Iglesia clandestina en China, fiel al Papa, está formada por católicos que no aceptan el control ejercido por el gobierno comunista a través de la "Asociación Patriótica Católica", institución que se atribuye el derecho de nombrar obispos o controlar otros muchos aspectos de la vida de la Iglesia.
Sin embargo continúan las conversiones al cristianismo y los católicos de todo el mundo debemos orar por ellos.

jueves, agosto 03, 2006

¿Es posible ser Católico a su manera?


La reciente encuesta sobre el perfil religioso de los católicos chilenos arroja un resultado realmente impresionante: en Chile, los más liberales son los católicos. Es decir, declaran sin ambages que no comparten la doctrina de la Iglesia a la que dicen pertenecer. Muchos se dicen católicos “a su manera”.
Por supuesto, esta categoría de “católicos” no existe dentro de la Santa Iglesia. Se sigue la enseñanza de la Iglesia o no se es católico. “El que no está conmigo está contra Mí”, enseñó el Divino Maestro.
El Papa Benedicto XVI afirmó recientemente: “La cultura actual, profundamente marcada por un subjetivismo que desemboca muchas veces en el individualismo extremo o en el relativismo, impulsa a los hombres a convertirse en única medida de sí mismos, perdiendo de vista otros objetivos que no estén centrados en su propio yo, transformado en único criterio de valoración de la realidad y de sus propias opciones”. (A los miembros de las Academias Pontificias, 5/11/2005)
¿Cuál es el origen de esta situación?
Es claro que una situación de tal gravedad, no se creó de un momento para otro. Algunas declaraciones de los Pontífices nos ayudan a comprender los orígenes del fenómeno.
Respecto al relativismo moral y doctrinal que las corrientes más avanzadas difundieron en los medios católicos en la era post–conciliar, son significativas las palabras de Juan Pablo II:
"Hoy, para un trabajo eficaz en el campo de la predicación, queremos ante todo conocer bien la realidad espiritual y psicológica de los cristianos que viven en la sociedad. Es necesario admitir con realismo y con profunda y sentida sensibilidad, que los cristianos hoy se sienten, en gran parte, perdidos, confusos, perplejos y hasta desilusionados; fueron divulgadas pródigamente ideas contrastantes con la Verdad revelada y desde siempre enseñada; fueron difundidas verdaderas herejías en el campo dogmático y moral, creando dudas, confusiones y rebeliones; se modificó hasta la Liturgia; sumergidos en el "relativismo" intelectual y moral y, en consecuencia, en la permisividad, los cristianos son tentados por relativismo, por el agnosticismo, por el iluminismo vagamente moralista, por un cristianismo sociológico, sin dogmas definidos y sin moral objetiva". (L' Osservatore Romano, 7/02/81).
Esta situación, si bien es muy grave, tiene una solución. Es preciso, como enseñan los Pontífices, volver a llamar a las cosas por su nombre:
“Ahora Nos preguntamos a todos los hombres honrados: ¿Cómo puede la humanidad recuperar la salud? ¿Cómo puede, de los errores y de las agitaciones de la turbia hora presente, surgir un ‘nuevo orden’ digno de este nombre, si se borran y desplazan los límites entre amigo y enemigo, entre el si y el no, entre la fe y la incredulidad?
“La Iglesia, siempre llena de caridad y de bondad hacia las personas de aquellos descarriados pero fiel a la palabra de su Divino Fundador, que ha declarado: ‘El que no está conmigo está contra Mí’, no puede faltar a su deber de denunciar el error” (Pío XII, La Festivitá, Rediomensaje de Navidad de 1947, §§14 y 15)
El día 26 de marzo de 1981, en alocución a los profesores y estudiantes universitarios, Juan Pablo II recordó la misma verdad: “Aprended a pensar, a hablar y a actuar de acuerdo con los principios de la simplicidad y claridad evangélicas: ‘Sí, sí; no, no’. Aprended a llamar a lo blanco, blanco, y a lo negro, negro – al mal, mal y al bien, bien. Aprended a llamar al pecado, pecado, y a no llamarlo liberación y progreso, aunque la moda y la propaganda se opongan a eso” (Insegnamenti di Giovanni Paolo II, Librería Editrice Vaticana, 1981, voL IV, 1, p. 791).

Fuente: acción familia

La fórmula del éxito

Por Ing. José Miguel Arráiz

Muchos libros se han escrito sobre este tema y se ha estudiado el tema desde las diferentes ideologías del mundo de hoy. Es frecuente entrar a una librería y encontrarse en la entrada con toda la colección de Pablo Coello, Og Mandino (exponentes del New Age) y decenas de otros autores que afirman tener un nuevo camino para encontrar el éxito y la felicidad.
Realmente no hace falta buscar tanto, ni entre los chapuceros de la nueva era, ni entre las miles de fórmulas que el mundo de hoy predica. Nuestro Señor ya nos había dado la formula infalible miles de años atrás:
“No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas.” (Josué 1,8)
Con estas sencillas palabras Dios nos revela que la formula segura del éxito y la felicitad es conducir nuestra vida en obediencia a los mandamientos de Dios. Este es un éxito y felicidad que el mundo no conoce, quizá tampoco es el éxito que nosotros estamos acostumbrados a reconocer como éxito, pero realmente este es el verdadero éxito. Analicemos este pasaje con más detalle:
"No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche": El estudio y meditación continua de la palabra de Dios es indispensable para conocer lo que Dios quiere de nosotros y como quiere que actuemos en las distintas circunstancias de nuestra vida.
"así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito": No basta conocer la palabra de Dios, hay que poner todo nuestro esfuerzo en practicarla donde la gracia de Dios nos permitirá el éxito.
"y tendrás suerte y éxito en tus empresas": El resultado de la obediencia es la verdadera felicidad, quizá no como el mundo la conoce, pero una felicidad real verdadera con el gozo que proporciona ser heredero de la vida eterna.
Este formula del éxito es repetida una y otra vez en la Biblia:
“¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, mas se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche! Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien. ¡No así los impíos, no así! Que ellos son como paja que se lleva el viento. Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos, ni los pecadores en la comunidad de los justos. Porque Yahveh conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos se pierde.” (Salmo 1,1-6)
En el pasaje anterior también está encerrada la misma idea:
"¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos": Dichoso el hombre que se aparta del mal.
"mas se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche": Y se alimenta de la palabra de Dios meditándola frecuentemente.
"todo lo que hace sale bien": Nuevamente el resultado de la obediencia: Éxito en todo lo que hace.
No hay ley más perfecta que la ley de Dios, ley que debemos meditar día y noche para no olvidarla y para poder transmitirla a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos:
“Y ¿cuál es la gran nación cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que yo os expongo hoy? Pero ten cuidado y guárdate bien, no vayas o olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; enséñaselas, por el contrario, a tus hijos y a los hijos de tus hijos.” (Deuteronomio 4,8-9)
"Pero ten cuidado y guárdate bien, no vayas o olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto": La mejor forma de no olvidarnos de los mandamientos es la continua reflexión en los mismos.
"enséñaselas, por el contrario, a tus hijos y a los hijos de tus hijos" La mejor herencia que le podemos dejar a nuestros hijos es enseñarles a llevar una vida conforme a la voluntad de Dios.
“Pues quien quiera amar la vida y ver días felices, guarde su lengua del mal, y sus labios de palabras engañosas, apártese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella. Pues los ojos del Señor miran a los justos y sus oídos escuchan su oración, pero el rostro del Señor contra los que obran el mal.” (1 Pedro 3,10-12)
Nuevamente aquí la formula del éxito:
"Pues quien quiera amar la vida y ver días felices": Quien quiera ser feliz
"apártese del mal y haga el bien": renuncie a todo lo malo y comience a vivir conforme los mandamientos del Señor.
“Por eso has de ir por el camino de los buenos, seguirás las sendas de los justos. Porque los rectos habitarán la tierra y los íntegros se mantendrán en ella;” (Proverbios 2,20-21)
“La senda de los justos es como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día. Pero el camino de los malos es como tinieblas, no saben dónde han tropezado.” (Proverbios 4,18-19)
“El temor de Yahveh prolonga los días, los años de los malos son acortados. La espera de los justos es alegría, la esperanza de los malos fracasará. Fortaleza es para el íntegro la senda de Yahveh; pero ruina para los malhechores. Jamás el justo será conmovido, pero los malos no habitarán la tierra. La boca del justo da frutos de sabiduría, la lengua perversa será cortada. Los labios del justo saben de benevolencia; la boca de los malos, de perversidad.” (Proverbios 10,27-32)
“Con la boca el impío pierde a su vecino, por la ciencia se libran los justos. Con el bien de los justos la ciudad se regocija, con la perdición de los malos grita de alegría.” (Proverbios 11,9-10)
Así como nosotros enseñamos a nuestros hijos no meter los dedos en la toma corriente por su bien, así Dios nos ha dado los mandamientos por nuestro propio bien, ya que en su infinita sabiduría sabe que es mejor para nosotros:
“Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.” (1 Timoteo 2,3-4)
Dios ya nos ha dado la formula infalible de la verdadera felicidad, que es vivir acorde con su voluntad unidos a la luz verdadera que es nuestro Señor Jesucristo. Está en nosotros la decisión de aceptarla porque cualquier otro camino lleva hacia el desastre. “La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios,” (Juan 1,9-12).

miércoles, agosto 02, 2006

Examinad si los espíritus provienen de Dios

Examinad si los espíritus provienen de Dios
De los Hechos de san Ignacio recibidos por Luis Gonçalves de Cámara de labios del mismo santo.Cap. 1,5-9: Acta Sanctorum Iulii 7

Ignacio era muy aficionado a los llamados libros de caballerías, narraciones llenas de historias fabulosas e imaginarias. Cuando se sintió restablecido, pidió que le trajeran algunos de esos libros para entretenerse, pero no se halló en su casa ninguno; entonces le dieron para leer un libro llamado Vida de Cristo y otro que te por título Flos sanctórum, escritos en su lengua materna.
Con la frecuente lectura de estas obras, empezó a sentir algún interés por las cosas que en ellas se trataban. A intervalos volvía su pensamiento a lo que había leído en tiempos pasados y entretenía su imaginación con el recuerdo de las vanidades que habitualmente retenían su atención durante su vida anterior.
Pero, entretanto, iba actuando también la misericordia divina, inspirando en su ánimo otros pensamientos, además de los que suscitaba en su mente lo que acababa de leer. En efecto, al leer la vida de Jesucristo o de los santos, a veces se ponía a pensar y se preguntaba a sí mismo:
«¿Y si yo hiciera lo mismo que san Francisco o que santo Domingo?»
Y, así, su mente estaba siempre activa. Estos pensamientos duraban mucho tiempo, hasta que, distraído por cualquier motivo, volvía a pensar, también por largo tiempo, en las cosas vanas y mundanas. Esta sucesión de pensamientos duró bastante tiempo.
Pero había una diferencia; y es que, cuando pensaba en las cosas del mundo, ello le producía de momento un gran placer; pero cuando, hastiado, volvía a la realidad, se sentía triste y árido de espíritu; por el contrario, cuando pensaba en la posibilidad de imitar las austeridades de los santos, no sólo entonces experimentaba un intenso gozo, sino que además tales pensamientos lo dejaban lleno de alegría. De esta diferencia él no se daba cuenta ni le daba importancia, hasta que un día se le abrieron los ojos del alma y comenzó a admirarse de esta diferencia que experimentaba en sí mismo, que, mientras una clase de pensamientos lo dejaban triste, otros, en cambio, alegre. Y así fue como empezó a reflexionar seriamente en las cosas de Dios. Más tarde, cuando se dedicó a las prácticas espirituales, esta experiencia suya le ayudó mucho a comprender lo que sobre la discreción de espíritus enseñaría luego a los suyos.
Oración
Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre, concédenos que después de combatir en la tierra, bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.