Benedicto XVI, Explica en la audiencia general la relación de Jesús con los doce.
22 marzo 2006, Fuente: Zenit.org
Los primeros apóstoles, al igual que los apóstoles de hoy, no fueron heraldos de una idea, sino testigos de Cristo ante todo el mundo. Cuando Juan Bautista presentó a Jesús como el Cordero de Dios. A la pregunta: «¿Qué buscáis», los futuros apóstoles respondieron con otra pregunta: «Rabbí --que quiere decir, "Maestro"- ¿dónde vives?"». Jesús les respondió «Venid y lo veréis». «La aventura de los apóstoles comienza así, como un encuentro de personas que se abren recíprocamente. Para los discípulos comienza un conocimiento directo del Maestro»«Ven donde vive y comienzan a conocerle. No tendrán que ser heraldos de una idea, sino testigos de una persona». «Antes de ser enviados a evangelizar, tendrán que "estar" con Jesús, estableciendo con él una relación personal». Por este motivo, «la evangelización no es más que un anuncio de lo que se ha experimentado y una invitación a entrar en el misterio de la comunión con Cristo». «El apóstol es un enviado, pero antes aún es un "experto" de Jesús». Tras su pasión y resurrección, Cristo «enviará a los apóstoles "por todo el mundo", a "todas las gentes", "hasta los confines de la tierra"»«Y esta misión continúa. Siempre continúa el mandamiento del Señor de reunir a los pueblos en la unidad de su amor». «Esta es nuestra esperanza y este es también nuestro mandamiento: contribuir a esa universalidad, a esta verdadera unidad en la riqueza de las culturas, en comunión con nuestro verdadero Señor Jesucristo»
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